Combatir el VIH: Prevenir, detectar y tratar

 


¿La mejor protección contra el VIH? La educación. Tres claves: evitar comportamientos de riesgo, conocer tu condición y conocer las opciones de tratamiento.

En las décadas transcurridas desde el inicio de la epidemia del VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) en los años 80, se han producido enormes avances en la lucha contra el virus. Los fármacos que salvan vidas de la terapia antirretrovírica (ART, por sus siglas en inglés) han hecho que el diagnóstico de VIH deje de ser una sentencia de muerte para convertirse en una enfermedad controlable. Los esfuerzos de prevención también han conducido a un descenso de las nuevas infecciones por este virus.

Las estimaciones realizadas por el Ministerio de Salud Pública, con el apoyo técnico de ONUSIDA, indican que para el cierre del 2020 existirán 45.0561 personas viviendo con VIH -PVV en el país, y de estas, el grupo de edad entre 15 a 49 años es el más afectado por la epidemia, con mayor número de casos en hombres.

La década más reciente, entre el 2010 y 2020, abarca al 68% de notificaciones de VIH, con un promedio de 4.420 casos confirmados. En el año 2020 se notificaron 3.823 casos nuevos, con un número menor de casos, comparado con el año 2019, donde hubo menos esfuerzo para apoyar el diagnóstico del VIH, dificultades en la adquisición de pruebas, una disminución en el acceso a los servicios de salud del VIH por parte de la población y una menor implementación de programas de prevención para poblaciones clave debido a la situación emergente de la pandemia COVID-19.[1]

En este contexto, un lugar clave para empezar el combate al virus son las pruebas del VIH, que permiten a las personas con el virus conocer su estado, recibir tratamiento para salvar la vida y prevenir la transmisión a otros.

¿Qué es el VIH?

Es un virus que ataca y puede dañar el sistema inmunitario, dificultando que el cuerpo se defienda de las infecciones.

Sin tratamiento, el VIH reduce el número de células (células CD4 o células T) que ayudan al sistema inmune a combatir las infecciones. Con el tiempo, el virus puede destruir tantas de estas células que el cuerpo no puede combatir las infecciones y las enfermedades por los que estas infecciones oportunistas o cánceres se aprovechan de un sistema inmunitario muy débil y señalan que la persona tiene SIDA, la última etapa de la infección por el VIH.

"Uno puede infectarse con el VIH a través de diferentes tipos de exposiciones al virus, como por ejemplo a través de interacciones sexuales de alto riesgo, compartiendo agujas o jeringas contaminadas, sangre infectada o una transfusión. También puede contagiarse de una madre infectada por el VIH (especialmente sin tratamiento antirretroviral) a su hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia," dijo el Dr. Óscar Guerra, Director Médico de Abbott. " Solo ciertos fluidos corporales -sangre, semen, líquido preseminal, fluidos rectales, fluidos vaginales y leche materna- de una persona que tiene el VIH pueden transmitirlo."

Aunque no hay cura para el VIH, existen tratamientos eficaces para controlar la enfermedad y ralentizar su progreso. Tomado de la manera correcta, todos los días, el tratamiento antirretroviral puede prolongar drásticamente la vida de muchas personas infectadas, mantenerlas sanas y reducir en gran medida su probabilidad de infectar a otros.

¿Cómo protegerse?

La mejor protección contra el VIH es informarse sobre el virus y evitar cualquier comportamiento que permita la entrada de fluidos infectados en el cuerpo.

Cuando los preservativos se utilizan de forma sistemática y correcta, proporcionan una barrera contra estos fluidos. Es importante utilizar preservativos en todas las actividades sexuales con parejas que tengan el VIH, que corran el riesgo de contraerlo o cuyo historial sexual desconozcas.

Recuerda que compartir agujas, jeringas y otros equipos de inyección es una vía directa de transmisión del VIH.

Si eres negativo al VIH y mantienes una relación sexual de alto riesgo con una pareja seropositiva, habla con tu médico sobre la conveniencia de tomar diariamente medicamentos contra el VIH (llamados profilaxis preexposición o PrEP) para reducir la posibilidad de infectarte. La PrEP diaria reduce el riesgo de contraer el VIH a través de actividades sexuales en un 99% aproximadamente. Como la PrEP sólo protege del VIH, es necesario utilizar preservativos para prevenir otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).  

¿Qué se puede esperar de las pruebas?

Ya sea que pienses que puedes tener VIH o estés seguro de que no lo tienes, la única manera de saberlo con certeza es haciéndote la prueba. Aunque muchas pruebas del VIH son muy precisas, es importante evitar los falsos positivos, es decir, el resultado de una prueba que dice que una persona tiene el VIH cuando, en realidad, no lo tiene. Por lo tanto, y según las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es importante que la persona se haga una prueba de confirmación[2].

Hay tres tipos de pruebas disponibles, que suelen realizarse en sangre, suero o plasma:

·         Prueba de ácido nucleico (NAT por sus siglas en inglés): Esta prueba busca el virus real en la sangre, pero no se utiliza de forma rutinaria para el diagnóstico.

·         Prueba de Antígeno/Anticuerpo: Busca los anticuerpos del VIH, así como el antígeno p24 del VIH. Los anticuerpos son producidos por el sistema inmunitario cuando uno se expone a bacterias o virus como el VIH. El antígeno p24 del VIH es una parte del virus que activa el sistema inmunitario para formar anticuerpos. Este antígeno está presente incluso antes de que se desarrollen los anticuerpos.

·         Prueba de anticuerpos: La mayoría de las pruebas rápidas son pruebas de anticuerpos. En general, este tipo de pruebas que utilizan sangre de una vena pueden detectar los anticuerpos del VIH más pronto después de la infección que las pruebas realizadas con sangre de un pinchazo en el dedo o con líquido oral.

Qué puedes hacer si eres VIH positivo

Si eres VIH-positivo, hay medidas que puedes tomar para prevenir la transmisión y mantener tu salud.

Los fármacos de la terapia antirretroviral han avanzado hasta el punto de hacer que el virus sea indetectable en tu cuerpo, lo que significa que puedes llevar una vida sana y casi eliminar el riesgo de transmisión. Las investigaciones han demostrado que las personas que viven con el VIH cuyo tratamiento ha llevado su carga viral a un nivel indetectable, no corren el riesgo de transmitir el virus por vía sexual a otra persona[3].

La terapia antirretroviral suele consistir en una combinación de medicamentos que deben tomarse exactamente como lo prescribe el médico. Sin embargo, si experimentas náuseas, dolor de cabeza, diarrea o fatiga, póngase en contacto con su médico antes de dejar de tomar la medicación. Ellos pueden ajustar su tratamiento. Pero la recomendación es que empieces a tomar los medicamentos en cuanto conozcas tu estado. El tratamiento antirretroviral se recomienda a todas las personas con VIH, independientemente del tiempo que lleves con él o de tu estado de salud.

La cuestión es que no se puede tratar esta enfermedad si no se sabe que se tiene. Casi el 40% de los nuevos casos de VIH se transmiten a través de parejas no diagnosticadas. Ahí es donde entra en juego la importancia de la prueba del VIH.

"Es fundamental que hables con tu médico para determinar tu riesgo y entender con qué frecuencia debes hacerte la prueba del VIH. Hoy en día se disponen de más herramientas que nunca para prevenir y detectar el virus, así que habla con tu médico sobre lo que puedes hacer. Si vives con el VIH, hay muchas medidas que puedes tomar para evitar transmitirlo a otros. Lo más importante es tener precaución durante las interacciones sexuales y tomar los medicamentos para tratar el VIH de forma correcta, todos los días, ya que pueden mantenerte sano durante muchos años y reducir en gran medida la posibilidad de transmitir el VIH a tus parejas" añadió el Dr. Guerra.

Comentarios

Entradas populares