En todo el mundo, 77 millones de recién nacidos no reciben leche materna en su primera hora de vida, dice UNICEF
Alrededor de 77 millones de recién nacidos –o 1 de cada 2–
no reciben leche materna en la primera hora que transcurre después de su nacimiento, y esto les
priva de los nutrientes, los anticuerpos y el contacto con la piel de sus madres que son esenciales
para protegerlos de las enfermedades y de la muerte, dijo UNICEF.
“Hacer que los bebés esperen demasiado tiempo para tener el primer contacto fundamental con su
madre fuera del útero disminuye las posibilidades del recién nacido de sobrevivir, limita la producción
de leche y reduce las posibilidades de la lactancia materna exclusiva”, dijo Francia Bégin, asesora
superior de nutrición de UNICEF. “Si se alimentara a todos los bebés solo con leche materna desde
el momento en que nacen hasta los seis meses de edad, se salvarían más de 800.000 vidas cada
año”.
Los progresos para lograr un aumento en el número de recién nacidos alimentados con leche
materna en la primera hora de vida han sido lentos en los últimos 15 años, según indican los datos
de UNICEF. En África subsahariana, por ejemplo, donde las tasas de mortalidad de menores de cinco
años son las más altas de todo el mundo, las tasas de lactancia materna temprana aumentaron
solamente 10 puntos porcentuales desde 2000 en África oriental y meridional, y han permanecido
sin cambios en África occidental y central.
Incluso en Asia meridional, donde las tasas de iniciación temprana de la lactancia materna se
triplicaron en 15 años –del 16% en 2000 al 45% en 2015– el aumento dista de ser suficiente: 21
millones de recién nacidos todavía tienen que esperar demasiado tiempo antes recibir la leche
materna.
Cuanto más se retrasa la lactancia, mayor es el riesgo de morir en el primer mes de vida. Retrasar
la lactancia materna de 2 a 23 horas después del nacimiento aumenta el riesgo de morir en los
primeros 28 días de vida en un 40%. Retrasarla por 24 horas o más incrementa este riesgo hasta
un 80%.
“La leche materna es la primera vacuna del bebé, la primera y mejor protección que tiene contra la
enfermedad y los trastornos”, dijo Francia Bégin. “Debido a que casi la mitad de las muertes de
niños menores de cinco años son de recién nacidos, la lactancia temprana puede marcar la diferencia
entre la vida y la muerte”.
Los análisis de UNICEF muestran que las mujeres no están recibiendo la ayuda que necesitan para
iniciar la lactancia inmediatamente después del nacimiento incluso en aquellos casos en que un
médico, una enfermera o una partera presta asistencia durante el parto. En Oriente Medio, África
septentrional y Asia meridional, por ejemplo, las mujeres que dan a luz con una partera cualificada
presente tienen menos posibilidades de iniciar la lactancia materna en la primera hora de vida en
comparación con las mujeres que dan a luz con parteras no cualificadas o con familiares.
La alimentación de los bebés con otros líquidos o alimentos es otro motivo por el que se retrasa la
lactancia temprana. En muchos países es costumbre alimentar al bebé con fórmula para lactantes,
leche de vaca o agua con azúcar en los tres primeros días de vida. Casi la mitad de todos los recién
nacidos son alimentados con estos líquidos. Cuando los bebés reciben alternativas menos nutritivas
que la leche materna, amamantan con menos frecuencia, haciendo que sea más difícil para las
madres iniciar y continuar la lactancia materna.
A nivel mundial, sólo el 43% de los bebés menores de seis meses son amamantados de manera
exclusiva. Los bebés que no reciben leche materna en absoluto tienen 14 veces más probabilidades
de morir que aquellos que se alimentan sólo con leche materna.
Cualquier cantidad de leche materna reduce el riesgo de morir del niño. Los bebés que no reciben
nada de leche materna tienen siete veces más posibilidades de morir a causa de infecciones que
aquellos que recibieron por lo menos algo de leche materna durante sus seis primeros meses de
vida.
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