Nueva clínica de salud capilar se suma a la lucha contra la alopecia que ya afecta a un tercio de los ecuatorianos

 

Capilea, la red de clínicas capilares más grande de Iberoamérica, inauguró su nueva sede en Ecuador con un emotivo corte de cinta al que asistieron directivos internacionales, especialistas, pacientes y figuras públicas. El acto marca un nuevo hito para la multinacional, que ya suma 36 clínicas en 12 países, cerca de 30 000 historias transformadas y casi tres décadas de trayectoria.

“Hoy celebramos la expansión de Capilea en Ecuador, un paso que refuerza nuestra misión de transformar vidas a través del cuidado capilar”, afirmó el argentino Roberto Albelo, Fundador y Director de Capilea Global, en un mensaje transmitido a los asistentes. “Nuestra red crece porque cada país comparte el mismo compromiso con la excelencia y la calidez humana”, agregó.

Durante el evento, el equipo médico de Capilea ofreció diagnósticos gratuitos y destacó la salud capilar como parte integral del bienestar. El momento central llegó con la intervención del doctor Gorki Espinosa, director médico de Capilea Ecuador, quien subrayó la dimensión humana del problema:

“Aquí no hay tratamientos genéricos ni promesas vacías; ofrecemos soluciones personalizadas, diseñadas para cada historia”.

Espinosa recordó que “uno de cada tres hombres y una de cada cuatro mujeres en Ecuador sufre algún tipo de alopecia” y advirtió que el mayor enemigo no siempre es la genética, sino “la negación, el miedo y la desinformación”. Por ello, insistió en abordar la caída del cabello “con responsabilidad, conocimiento y sensibilidad”.

La nueva sede cuenta con dos quirófanos para implantes capilares, tres cabinas de mesoterapia y equipamiento avalado por la International Society of Hair Restoration Surgery. Tras el corte de cinta, los invitados recorrieron las instalaciones y compartieron un cóctel con el equipo médico.

Con esta apertura, Capilea consolida su presencia en la región y renueva su compromiso de “transformar vidas desde la raíz”, como concluyó el doctor Espinosa.