Rocotín presenta iniciativa por los derechos de los niños en La Floresta

El centro de desarrollo infantil Rocotín cree que el espacio es uno de los principales maestros en el proceso de aprendizaje. Su filosofía inspirada en Reggio Emilia y Emmi Pikler potencia el entorno como principal herramienta educativa. Esta es la principal motivación que tienen para llevar a cabo el proyecto La Floresta y Los Niños una iniciativa de apropiación del espacio público como un espacio educativo para niñas y niños. 

El proyecto pretende promover tres aspectos fundamentales en la vida de un niño: su autonomía, su participación y la exploración del espacio público.

Planificación Buscamos sea una experiencia compartida con los niños y los habitantes del barrio La Floresta. A través del recorrido de la cuadra los niños nos hablan del espacio y mediante su voz, la maestra desarrolla un proyecto de participación y construcción a partir de las necesidades y experiencias de los niños, sobre su visión del barrio.

La participación Un instrumento fundamental para construir un ambiente acogedor y disponible, relacionado con los niños, es pedirles que contribuyan, llamarlos a colaborar para hacer un cambio real del ambiente urbano. La participación de los niños es útil y ventajosa si se dan dos condiciones fundamentales. La primera, el adulto que invita a los niños a participar tiene que estar convencido de que los niños pueden realizar una contribución real, estar dispuesto a tenerlos en cuenta y por consiguiente, a necesitar su ayuda. La segunda, el adulto que invita a los niños a participar tiene que tener el poder para llevar a cabo el compromiso adquirido.
 
La seguridad La razón principal que impide a los niños salir de casa es el peligro de la calle. El tráfico, la contaminación y la presencia de personas peligrosas hacen pensar a los adultos que es imposible que un niño baje a la calle solo para jugar con sus amigos. Las medidas de defensa, prevén a nivel de defensa individual, diferentes tipos de fortificación, las puertas blindadas o los sistemas de alarma, el acompañamiento constante de los niños o los instrumentos de control remoto: desde el celular a la pulsera controlada por satélite. A nivel social se tiende a solicitar una mayor presencia de la policía, el uso de videocámaras en zonas públicas, seguridad privada, armas individuales. Pero todos estos instrumentos han demostrado que son ineficaces y que perjudican los derechos de los ciudadanos, especialmente los más débiles porque en situaciones de peligro se les condena a vivir recluidos en casa. La alternativa es la participación, ¨la ocupación¨ social de los espacios públicos.

La movilidad La movilidad de los niños, que hasta hace pocas décadas era parecida a la de sus padres, hoy en día casi ha desaparecido, mientras que la de los adultos ha aumentado muchísimo. Hoy los niños no pueden salir a la calle porque sus padres se mueven demasiado, transformando las calles y los espacios públicos de la ciudad en espacios peligrosos. Las ciudades mueren por el tráfico, por el óxido de carbono que corroe los monumentos. Mueren porque el automóvil cuenta más que sus dueños y es difícil, a veces imposible, moverse a pie en nuestra ciudad. Los niños son peatones puros, no tienen otra alternativa, entonces protestan y piden a los administradores permiso para poder salir de casa, para cruzar la calle, para utilizar las plazas sin que sus padres tengan miedo. En las experiencias realizadas desde hace casi diez años, se ha comprobado que la presencia de niños por la calle, para ir la escuela o a buscar a sus amigos e ir a jugar, desarrolla en los adultos actitudes sociales de responsabilidad y de protección que funcionan proporcionando seguridad para los niños. 


Rocotín invita a los moradores de la Floresta y sitios aledaños para que conozcan nuestra labor y admiren el mural que hemos concebido.



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