Los pagos digitales crecen en Ecuador, durante la pandemia, aunque siguen por debajo de la media regional


 Los ecuatorianos, en promedio, realizan apenas 7 pagos electrónicos al año. El dinero en efectivo sigue siendo, según datos del Banco Central, el medio más utilizado para pagar cualquier compra en el país. En Colombia, la cifra sube hasta 12 veces, en Chile se sitúa en 46 y en Brasil sobre las 135.

Durante el webinar “Consumo masivo y medios de pago en época de COVID; efecto de la pandemia en manejo de efectivo”, Verónica Artola, gerente del Banco Central del Ecuador, Ignacio Maldonado, vicepresidente de Negocios de Banco Pichincha y Juan Antonio Franco, director de Mercadeo de La Fabril, reflexionaron sobre la problemática estructural de los medios de pago.  En este conversatorio virtual, la Gerente del BCE, explicó que, aunque los indicadores nacionales frente al resto de países de la región son bajos, el uso de métodos digitales de pago aumentó en Ecuador, a partir de abril.
“La gente está comenzando a utilizar más los medios de pagos digitales, básicamente en transferencias. Incluso, tenemos un crecimiento que ya bordea los 4 millones de operaciones en el mes de septiembre algo que solo lo veíamos en los meses de diciembre de años pasados” explicó Artola. Si bien reconoció que existe una baja de los montos en el consumo de los hogares por la pandemia, sin embargo, “definitivamente sí existe un crecimiento en los montos transados en el sistema de pagos interbancario”. 
En opinión de Ignacio Maldonado, vicepresidente de Negocios del Banco Pichincha, resulta importante realizar un análisis interno del impacto del alto uso del efectivo en la economía ecuatoriana. Según estadísticas internacionales, el costo para los países está entre 3 y 4% del PIB. En el caso del Ecuador, el problema reside en la falta de un sistema masivo para el pago digital.
“Solo entre las grandes empresas de consumo y las tiendas de barrio se efectúan pagos en efectivo de alrededor de 16.000 millones de dólares. Todo este dinero podría ser usado a través de medios de pago como tarjetas o aplicaciones del teléfono celular”, agregó Maldonado. Desde su punto de vista, tanto bancos como empresas de consumo masivo tienen un gran desafío para construir una estructura digital de pagos en el Ecuador que debe estar acompañada con una política tributaria o de retención que permita el flujo de estas operaciones.
Maldonado destacó que en el país existen más de 13 millones de smartphones. En el caso de los clientes microempresarios de Banco Pichincha, un 70% dispone de un móvil inteligente que podría aceptar pagos con tarjetas de crédito o débito. En este sentido reconoció que los costos (impuestos y retenciones) son barreras de entrada por lo que la entidad financiera ha buscado otras vías para favorecer los pagos móviles: “hemos desarrollado Deuna!, nuestro propio método de pago donde ya tenemos 76.000 clientes y 18.000 comercios afiliados”. El aplicativo permite hacer pagos entre clientes de Banco Pichincha a través de código QR o eligiendo un contacto telefónico.
Por su parte, Juan Antonio Franco, director de Mercadeo de La Fabril, resaltó cómo la evolución de la digitalización de los pagos que se esperaba en 5 años, sucedió en 5 meses. Aumentó el número de personas que pide su canasta de consumo por medio de un sistema electrónico como un e-commerce, un teléfono celular o WhatsApp. Una parte de este consumo, añadió, se hizo con tarjetas de crédito o débito, un 15% frente al 85% que lo hacen con pagos en efectivo.
Los tres panelistas coincidieron en la necesidad de potenciar la inclusión y la educación financiera para fomentar el cambio de hábito en el uso del dinero de efectivo y potenciar los págos móviles desde la confianza y la seguridad; sobre todo en aquellos segmentos de la población (un 49%) que no tienen acceso a los servicios financieros.

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