APRENDA A SER UN BUEN ADMINISTRADOR DE CONDOMINIO

Los administradores de condominios son una pieza fundamental para una buena convivencia entre los vecinos. Entre sus principales actividades está la creación de estrategias que aporten con el mantenimiento y la seguridad de los copropietarios, además de alcanzar a acuerdos en la asamblea general y el buen manejo de las finanzas.
Los condominios que no cuentan con un buen administrador, son más propensos a sufrir problemas relacionados con malos hábitos de vecinos, mora en el pago de expensas, mal uso de espacios comunes e incumplimiento de las normas de la propiedad horizontal.
Fundación Bien-Estar le brinda consejos para ser un buen administrador de condominios.
  • Un administrador debe comunicar los procesos y los resultados de las actividades que realiza en el condominio. Ya sea la contratación de un bien o servicio, o alguna mejora en los bienes comunes, estas decisiones deben ser informadas para que los copropietarios conozcan su alcance y las razones que la motivaron.
  • El administrador debe ser transparente con las finanzas del condominio. Es necesario realizar una rendición de cuentas periódicamente y cada vez que sea requerido por la asamblea. Esto generará confianza entre los copropietarios y ayudará a que el pago de las expensas sea puntual.
  • Para tomar decisiones adecuadas es fundamental que el administrador se capacite frecuentemente en temas legales, contables, financieros y administrativos. Un buen administrador es que el que busca constantemente asesoría para ofrecer un buen servicio.
  • Necesita ser remunerado. Los administradores de condominios tienen muchas responsabilidades que cumplir y tiempo que dedicar. Es importante fijar una tarifa por sus servicios de acuerdo a las horas de trabajo, a la complejidad de la comunidad y al poder adquisitivos de los copropietarios.
  • Ser eficiente y conocer sobre la Ley de Propiedad Horizontal ayudará a gestionar los procesos del condominio y a solucionar problemas.
  • No puede basar su gestión en una amistad con los copropietarios porque puede desencadenar en malos entendidos o dar paso a abusos. Es necesario mantener un trato respetuoso, cordial y amable, y una comunicación directa y objetiva.
Admistrar un condominio no es fácil. Las personas que cumplen esta función deben tener habilidad para resolver conflictos cotidianos, así como para llevar a cabo actividades que mejoren la relación entre los vecinos.
Es por eso que el reto del administrador es aplicar cambios positivos para el condominio, de la mano de un manejo responsable de las finanzas.
Natalia Garzón - Directora Ejecutiva de Fundación Bien-Estar.

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