ALREDEDOR DE DIEZ MILLONES DE LATINOAMERICANOS PRESENTA INCAPACIDAD POR DOLOR LUMBAR CRÓNICO
Para algunas personas el dolor lumbar crónico tiene un origen mecánico como contracturas musculares, desviaciones de la columna vertebral o escoliosis. Para otras, empieza con enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante, además de algunos tipos de cáncer. Sin embargo, el 85% de los pacientes que lo padecen de forma crónica tienen lo que los especialistas denominan “dolor de espalda no específico”, es decir que no tiene origen físico claro[i].
Esta patología afecta a aproximadamente 60 millones
de latinoamericanos y, por su intensidad, entre el 10 y 20%[ii]
de ellos presenta incapacidad debido a las limitaciones para caminar,
interactuar socialmente, hacer deportes e incluso dormir[iii].
“Esto tiene importantes efectos en la salud mental del paciente, en la
capacidad para realizar actividades diarias como trabajar y, en consecuencia,
en su productividad”, señala la doctora Patricia Bonilla, presidenta de la Asociación
Latinoamericana de Cuidados Paliativos.
De acuerdo con el doctor Fernando Hidalgo,
traumatólogo ortopedista, en Ecuador esta situación no es muy diferente a la
región, porque esta es una de las razones más comunes por las que las personas visitan
al médico.
“La mayor incidencia de pacientes con dolores lumbares
va del 50% al 80% y se presenta en la
población económicamente activa del país. Esto nos indica que los más afectados
son los trabajadores y, ante la presencia de esta enfermedad, su desempeño
laboral puede verse disminuido de manera notoria”, sostiene.
Se estima que entre el 5% y el 30% de los pacientes
en Latinoamérica abandonan sus empleos3 al
ver limitadas sus capacidades. El doctor Juan Sebastián de la Torre, cirujano
de columna, indica que en Ecuador aproximadamente 1 de cada 1.000 personas
llegan a abandonar sus actividades laborales por dolor lumbar crónico y explica
el porqué:
“Esta afección puede llegar a provocar una gran
incapacidad para realizar tareas cotidianas porque se produce en la columna
vertebral, la que forma parte del esqueleto axial, en donde están contenidos
todos los huesos del eje largo del cuerpo humano. Al estar inflamada, puede
provocar dolor en cualquier momento, aún cuando la persona se encuentra en
reposo”.
La doctora Bonilla resalta el impacto económico del
dolor lumbar crónico. “Es considerada como la enfermedad mecánica más costosa, ya
que además de los gastos en tratamientos, hospitalizaciones e intervenciones, implica
licencias por incapacidad y reemplazos temporales o permanentes de estas personas”.
De hecho, en América Latina, se destina el equivalente al 2% del Producto
Interno Bruto (PIB) a estos conceptos1.
La afección se define como el dolor localizado entre
las costillas y los glúteos, y puede extenderse al dorso, la pelvis y las
piernas1. Si bien 8 de cada 10 de las personas
experimentarán molestias en esta zona en algún momento de su vida1, su
cronificación implica que se prolongue por más de tres meses y está asociada
principalmente a factores ocupacionales como levantamiento y transporte de
cargas pesadas, así como pasar mucho tiempo sentado, malas posturas, rotaciones
del tronco inadecuadas, sedentarismo y estrés laboral.
El doctor Fernando Hidalgo subrayó
que aproximadamente el 15% del dolor lumbar se cronifica, por lo cual el
tratamiento oportuno y dirigido a la causa de la afección puede controlar el
proceso:
“La automedicación puede encubrir
temporalmente una causa más seria del dolor lumbar, además de que los efectos
adversos de medicamentos usados de manera inadecuada pueden generar daños
gástricos o renales. Por ello, es imprescindible la valoración médica oportuna
para dar el tratamiento más adecuado a quien padece dolor lumbar crónico”.
Juan Sebastián de la Torre considera que en estos
tiempos de pandemia, en que los efectos psicológicos y sociales del
confinamiento han provocado que muchas personas hayan subido de peso y dejado
de realizar actividad física, sumado al trabajo desde casa, se advierte un
aumento de la indicencia y prevalencia del dolor lumbar crónico.
Para su adecuado tratamiento, es
necesario un abordaje multidisciplinario y personalizado, que implica terapia farmacológica,
psicológica, fisioterapia y asesoramiento nutricional. Al respecto, la doctora
Bonilla resalta que en Ecuador y Latinoamérica una de las principales barreras
de acceso es la falta de profesionales de salud capacitados, por lo cual es
necesario ampliar la oferta académica disponible.
“Se tiene que hacer un esfuerzo
por considerar el dolor crónico como una especialidad en los planes de estudio,
que permita que cada vez más médicos se formen y conozcan qué tratamiento prescribir
según el perfil del paciente, para que efectivamente aliviemos su sufrimiento”,
señala la especialista.
¿Cómo se puede evitar el dolor
crónico lumbar?
Si bien esta afección tiene
múltiples causas que requieren atención médica, la doctora Bonilla recomienda incorporar
algunos cuidados para evitar la cronificación del dolor:
·
Llevar una rutina sana: mantenerse activo, introducir una
rutina de ejercicios, evitar fumar y llevar una dieta balanceada, permitirá
mantener un peso adecuado y contribuirá al manejo del estrés.
·
Mantener una postura correcta: con el tronco erguido y los
hombros atrás. Si está sentado, procurar que su espalda descanse en el respaldo
de la silla.
·
Hacer pausas durante el día y cambiar de postura con
frecuencia.
·
Asegurarse de tener una postura recta en caso de que levante
y transporte peso, para que el esfuerzo no se haga con los músculos de la
espalda.
La especialista enfatiza la importancia de evitar la automedicación y acudir al médico al momento de presentar alguna molestia o dolor prolongado. “Un tratamiento inadecuado puede contribuir con la cronificación del dolor, dificultado el movimiento y generando complicaciones graves para la salud”, finalizó Bonilla.
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