COLITIS ULCERATIVA, TRATAMIENTOS FRECUENTES PARA LOS PACIENTES QUE LA PADECEN

La colitis ulcerativa es una afección en la cual el revestimiento del intestino grueso (colon) y el recto resultan inflamados. Esta es una forma de enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que afecta en edades comprendidas entre los 15 y 30 años y entre los 50 y 70 años.[1]

De acuerdo con el especialista Jaysoom Abarca Ruiz, gastroenterólogo del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo de Quito, la colitis ulcerativa es más frecuente que la enfermedad de Crohn[2] en una proporción aproximada de 6 a 8 casos por uno de Crohn en el Ecuador, donde las personas diagnosticadas presentan malestar abdominal, diarrea sanguinolenta, fiebre, pérdida de peso, mal olor en las heces y sensación de tenesmo[3] que puede implicar dolor, esfuerzo y cólico.

Es importante que los pacientes recurran a tratamientos guiados por un médico, para controlar los síntomas agudos que se producen, prevenir que se repitan y mejorar el bienestar general para asegurar la calidad de vida y estado nutricional.
Dieta y nutrición
Existen tratamientos alimenticios que contribuyen a mejorar el estado del organismo reduciendo los signos de la CU, ayudando al paciente a convivir con la enfermedad, estos son:
  • Reducir el consumo de lácteos y sus derivados.
  • Evitar comidas picantes o grasosas, bebidas alcohólicas y la cafeína que pueden empeorar los síntomas y agudizar el dolor.
  • Beber abundante líquido diariamente.

  • Llevar a cabo una alimentación de fácil digestión en la que se excluyan cuando haya enfermedad activa (diarrea) los alimentos ricos en fibra como cereales integrales, algunas frutas y verduras; frutos secos y alimentos flatulentos como las legumbres. Al controlar la enfermedad se puede retomar gradualmente una dieta balanceada.[4]
Para recurrir a una dieta es indispensable acudir a un experto en nutrición para poder consumir los alimentos correctos tras una evaluación y mantener una alimentación favorable.[5]
Medicamentos
De acuerdo con el doctor Abarca un pilar fundamental dentro del tratamiento de la enfermedad inflamatoria son los medicamentos, que se usan para inducir la remisión y mantener en control los síntomas. Dentro de los cuales encontramos las siguientes categorías:
Medicamentos biológicos: Son medicamentos especiales que se usan en el tratamiento de la enfermedad moderada a severa, su acción es ejercida sobre las moléculas que provocan o atraen los procesos inflamatorios. Su uso está recomendado en centros con experiencia en estos medicamentos y bajo estricta supervisión médica.[6]
Agentes anti-inflamatorios: A menudo es el primer paso en el tratamiento de la colitis ulcerativa que incluye medicamentos como sulfasalazina, mesalazina, entre otros. Se debe ingerir vía oral, como enema o supositorio, dependiendo del área del colon que esté afectada.
Los Corticoesteroides: [7] Son compuestos que se utilizan para luchar contra la inflamación, los más comunes son la prednisona y budesonida, generalmente se reservan para la colitis de nivel moderado a grave. Tienen importantes efectos secundarios por lo que en general no se administran a largo plazo y sólo con vigilancia médica.[8]
Todos los medicamentos sugeridos deben ser prescritos por un médico especialista en la enfermedad, ya que es el único con autoridad y conocimiento para recetar lo mejor al paciente.
 Tratamiento de granulocitoaféresis
Permite absorber en una columna de aféresis las células sanguíneas responsables de la perpetuación de la inflamación con una sesión semanal durante cinco semanas. [9]
Cirugía
Cuando los tratamientos farmacológicos no han controlado la enfermedad o se han producido lesiones asociadas como el adenocarcinoma se requiere extraer el colon y el recto completos (proctocolectomía).[10]
En la mayoría de los casos, se realiza un procedimiento llamado anastomosis ileoanal, donde el cirujano construye un reservorio al final del intestino delgado que se sujeta directamente al ano, lo que permite expulsar los desechos de manera relativamente normal.
Cuando no es posible construir un reservorio en el intestino del paciente, en su lugar el médico crea una abertura permanente en el abdomen (estoma ileal) por la cual pasan las heces para luego ser recolectadas en una bolsa.[11]
Grupos de Apoyo
Como última alternativa está el manejo del estrés para aliviar los síntomas en la enfermedad. Una buena opción es acudir a grupos de apoyo social para aumentar el estado de ánimo, también se puede hacer ejercicios leves para mejorar el funcionamiento de los intestinos y tomar clases de yoga con el objetivo de estimular la relajación. [12]
Lo más importante es que una vez que el paciente sea diagnosticado debe inmediatamente ubicar a un especialista con experiencia en el manejo de la patología y buscar centros de referencia como las clínicas de enfermedad inflamatoria en el país, comentó Jaysoom Abarca Ruiz, gastroenterólogo del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo de Quito.

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