Agricultor ecuatoriano: un actor relevante para la economía nacional
El sector bananero y platanero en su
ardua labor por seguir dinamizando la economía ecuatoriana, conmemora durante el
mes de octubre a todos los pequeños productores que conforman parte de su
cadena de valor. Personas que con su esfuerzo, tradiciones y conocimientos juegan
un rol fundamental en uno de los principales productos de exportación no
petrolera del país, como es el banano. Destacando la ardua labor de agricultores,
asistentes, jefes de campo, empacadores de fruta, recolectores, deshojadores,
entre otros.
De acuerdo con el Clúster Bananero y
Platanero, se han registrado a más de 10.000 productores de musáceas, activando
la economía semanal de una docena de provincias que dependen de estos
productos. En el país, existen alrededor de 321.831 hectáreas sembradas de
banano y plátano, las principales provincias productoras son: El Oro, Guayas y
Los Ríos.
Comprometidos con una agricultura
sostenible
Con el objetivo de instruir a la
cadena de producción que conforma parte de la industria bananera se han
desarrollado varios programas de responsabilidad social que buscan fomentar y
potencializar las habilidades y capacidades de los trabajadores.
En este contexto, la Corporación Regional de
Bananeros Ecuatoriana (AGROBAN), desde el año 2019 impulsa el Programa
de fortalecimiento de capacidades del pequeño productor bananero, plan que fue
diseñado mediante visitas de campo, en las cuales se recogió información
relevante sobre los puntos críticos de los productores.
Los ejes de enseñanza abordaron temas
como: fortalecimiento de capacidades para mejorar productividad;
fortalecimiento de capacidades en agricultura sostenible, reforestación de
cuencas, restauración y autorización para el uso y manejo de pesticidas; fortalecimiento de capacidades para uso
y manejo de pesticidas; capacitación con productores en buenas prácticas de
seguridad e higiene ocupacional; fortalecimiento de capacidades sobre
enfermedades en plantas para aplicación correcta de pesticidas; entre otros.
En total, se han impartido 72 talleres macro
que han permitido robustecer los conocimiento y habilidades de 1.024
productores, en donde el 36% fueron mujeres. Durante el desarrollo del programa
se escogieron cinco fincas como escuelas de campo, las cuales estaban ubicadas
en las provincias de El Oro, Cañar y Guayas. Áreas en donde se ejecutaron más
de 100 actividades relacionadas a los ejes de instrucción
Las actividades se clasificaron
en cinco etapas:
1.
Actividades productivas: Aprendieron un correcto
manejo de población para optimizar la producción por áreas, teniendo como
resultado un diagnóstico inicial del estado de su plantación y poder mejorar la
toma decisiones.
2.
Conservación de los suelos: Se buscó que los
agricultores determinen la textura del suelo, estructura, descompactación (trinchado
o herculizado) e incorporación de microorganismos eficientes para optimizar los
programas de fertilización.
3.
Acciones en protección del medio ambiente: Manejo de desechos, reducción
del uso del agua, el tratamiento de agua residuales y las áreas de conservación.
4. Acciones en beneficio de la
higiene e inocuidad postcosecha: Limpieza y desinfección de planta empacadora,
higiene y secado de fruta, proceso de deslatexado (desleche) de fruta,
aplicación de productos postcosecha, embalaje y estiba.
5.
Acciones sobre el manejo de deriva de agroquímicos:
Durante
esta etapa se instruyó a los agricultores sobre barreras
vegetativas, zonas de no fumigación, protección de canales, de cuerpos de agua,
períodos de reingreso.
El
sector bananero comprometido con su cadena de valor busca fomentar e instruir buenas
prácticas medioambientales que permitan fortalecer y desarrollar nuevas
habilidades y destrezas en cada pequeño agricultor, mediante la implementación
de programas y actividades que permiten que el productor conozca de primera
mano el accionar en el campo.
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