EL CONTROL Y TRATAMIENTO QUE PODRÍAN PREVENIR UN ATAQUE CEREBROVASCULAR
Tras más de 100 días de confinamiento a causa de la propagación acelerada del COVID-19 en el Ecuador, las autoridades vienen tomando diferentes medidas para resguardar la salud de la población. Si bien es cierto que el virus aún no se ha logrado controlar en el país, es importante prestar atención a ciertas patologías que siguen mostrando altos índices de casos y sin embargo, se han dejado de tratar o atender de manera oportuna en casas de salud.
Tal es el caso del Ataque Cerebrovascular (ACV), evento patológico en el cerebro conocido por muchos como derrame cerebral, el cual es ocasionado en la mayoría de las situaciones por un coágulo o trombo que bloquea el flujo de sangre oxigenada del corazón hacia el cerebro. El riesgo de sufrir un ACV se duplica después de los 55 años, pero es importante resaltar que puede ocurrir a cualquier edad.
Ante este panorama, el doctor Nelson Maldonado Samaniego, especialista en Neurología y Cuidados Neurointensivos, señala que es sumamente importante implementar medidas preventivas que incluyen la revisión y modificación de los factores de riesgo como una alimentación saludable, una rutina de ejercicios y el control de la presión arterial y glucosa en el caso de padecer hipertensión arterial y diabetes. “Al reducir los factores de riesgo, disminuye de la mano la probabilidad de ocurrir un ACV y como resultado se minimizan las visitas a los hospitales”, precisó el especialista.
Existen patologías que deben tratarse de manera exhaustiva y llevar el control respectivo indicado por el médico especialista. Las siguientes enfermedades pueden prevenirse de manera oportuna y por ende, impedir padecer un posible ACV:
· Hipertensión: La presión arterial alta es el principal factor de riesgo del accidente cerebrovascular. Se recomienda que el paciente determine junto a su especialista el mejor tratamiento para mantener la presión normal. Mantener un peso ideal, dieta saludable y realizar una rutina de ejercicios diaria resulta esencial para mantener una presión en parámetros normales.
· Enfermedades cardiacas: Los pacientes que padecen enfermedades coronarias tienen un mayor riesgo de sufrir un ACV, entre las que se encuentran las arritmias cardiacas (latido irregular del corazón), miocardiopatía dilatada (un corazón agrandado), la valvulopatía (enfermedades propias de las válvulas del corazón) y ciertos defectos cardíacos congénitos (adquiridos desde el nacimiento). En el caso de la fibrilación auricular (arritmia cardiaca) aumenta hasta 5 veces la probabilidad de padecer un ACV.
· Diabetes: Los pacientes con diabetes mellitus se encuentran en mayor riesgo de sufrir un ataque cerebrovascular, debido a que los niveles elevados de glucosa dañan las arterias dentro y fuera del cerebro, lo que genera un riesgo alto de sufrir un ACV.
· Niveles de colesterol: El colesterol es una sustancia grasa que se produce el hígado y también se encuentra en ciertos alimentos. La lipoproteína de baja densidad (LDL) se encarga de transportar el colesterol a través de la sangre. El LDL en exceso puede causar que se acumule el colesterol en los vasos sanguíneos produciendo aterosclerosis, la misma que es la causa principal del estrechamiento de los vasos sanguíneos, un factor de riesgo del ataque cardíaco y del ACV2.
El ACV es la principal causa de muerte y discapacidad a nivel mundial. Existe un tratamiento que solo se lo puede aplicar dentro de las 4.5 horas de haberse iniciado los síntomas; por lo tanto es importante actuar con velocidad y ponerse PILAS. Se deben identificar los siguientes síntomas: la alteración para hablar, parálisis o falta de fuerza y adormecimiento en un lado del cuerpo y sonrisa anormal.
P: parálisis o debilidad de la mitad del cuerpo
I: inmediatamente acudir al hospital
L: lenguaje anormal
A: amortiguamiento se la mitad del cuerpo
S: sonrisa anormal”
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