CÓMO SATISFACER TUS ANTOJOS SIN ARRUINAR LA DIETA


No hay nada malo con que consumas un antojo de vez en cuando, especialmente si reduces tu consumo de calorías por adelantado para disfrutarlo. Si durante toda la semana consumes menos calorías para poder consumir unas cuantas más el fin de semana, ¿es trampa? Yo llamaría a eso buena planificación.

¿Por qué sientes la necesidad de hacer trampa?
Antes de comenzar a planificar, necesitas pensar por qué sientes la necesidad de hacer trampa. ¿Eres demasiado rígido con tus comidas y te limitas mucho? ¿Tus comidas regulares no te satisfacen o no las disfrutas? ¿Piensas que el hacer trampa y comer de más es tu recompensa por tus buenos hábitos alimenticios de la semana? Una forma de saber por qué sientes que debes desviarte de tu plan de alimentación es llegar a la raíz del problema.
Intentar seguir una dieta demasiado estricta es probablemente uno de los factores más comunes de las trampas alimenticias. A lo mejor sigues todo al pie de la letra durante la semana, entonces piensas que mereces relajarte y disfrutar del fin de semana.
Pero si todos los fines de semana comes incontrolablemente porque «te lo mereces», no solo vas a anular el progreso hecho durante la semana, sino que también recompensas un buen comportamiento con alimentos altos en calorías. Con el tiempo, asociarás los alimentación saludable de la semana con castigos, y los alimentación altos en calorías con recompensas, algo que no fomentará los hábitos alimenticios saludables a largo plazo.
Planifica tus antojos
Existe una línea bien marcada para que esto funcione, y todo depende de la planificación adecuada, lo que implica almacenar un cierto número de calorías y usarlas razonablemente.
Me inclino más a que las personas limiten su «antojo» a una comida, en lugar de «descansar» todo el día. Existe una gran diferencia entre comer algo especial que no es parte de tu plan normal de alimentos y descansar todo el día para comer todo lo que se te antoja. Para algunas personas, pasar todo el día sin restricciones alimenticias puede ser como un tren sin frenos y causar casi el mismo daño.
Pero planificar por adelantado para “comer algo que se te atoja” es mucho más fácil de controlar. Primero considera cuántas calorías puedes consumir en toda la semana. Luego determina cuántas calorías puedes reducir cada día para acumular lo que necesitas y usarlas en tu antojo. También, ser lo más específico posible cuando planificas, dónde y cómo vas a gastar tus calorías, puede ser de mucha ayuda. Decirte a ti mismo, «Me he comportado toda la semana para poder disfrutar de una buena cena de bistec» puede no funcionar tan bien como, «Estoy ahorrando 400 calorías esta semana porque voy al restaurante de Rosie el sábado por la noche, y tienen el mejor pastel de manzana».
Comer un antojo no significa hacer trampa
Si crees que el motivo por el que haces trampa es porque llevas una dieta demasiado estricta, considera lo siguiente: Aquellos que mantienen su peso de forma natural pueden consumir un antojo de vez en cuando. Es parte de la vida y una habilidad importante para aprender. Comer perfectamente todo el tiempo probablemente no es razonable. Pero si comes tres comidas regulares al día, y consumes una comida que se te antoje una vez a la semana, estás siguiendo una alimentación saludable en 20 de 21 comidas, lo cual es el 95% de las veces. Entonces cuando planificas y guardas calorías para consumirlas en algo que se te antoje, puedes disfrutar de aquella delicia sin sentirte culpable. Así que haz que sea algo especial, colócalo en un plato, cómelo lentamente, saboréalo y disfrútalo. ¡Te lo ganaste!

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