EPILEPSIA, EL TRASTORNO NEUROLÓGICO MÁS COMÚN A NIVEL MUNDIAL
Cada 26 de marzo se celebra el Día Mundial para la Concientización de la Epilepsia ó el Día Púrpura (Purple Day), con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la realidad y las necesidades que enfrentan las personas con epilepsia. De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS – junio 2019), alrededor de 50 millones de personas padecen este trastorno neurológico, convirtiéndose en el más común.
A nivel mundial, cerca de 2.4 millones de personas son diagnosticadas con epilepsia cada año. Actualmente, la proporción estimada de la población con epilepsia activa (convulsiones continuas o necesidad de tratamiento) está entre 4 y 10 por cada 1000 personas*. La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central (neurológico) en el que la actividad cerebral se vuelve anormal, lo que provoca convulsiones o períodos de comportamientos o sensaciones inusuales y a veces, pérdida de conciencia.
· Signos y síntomas:
Debido a que la epilepsia se produce a causa de la actividad anormal del cerebro, las convulsiones pueden afectar cualquier proceso que este coordine y provocar entre otras cosas:
- Confusión temporal
- Episodios de ausencias
- Movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas
- Pérdida del conocimiento o conciencia
- Síntomas psíquicos, como miedo, ansiedad o déjà vu
Los síntomas varían según el tipo de convulsión. En la mayoría de los casos, una persona con epilepsia tiende a tener el mismo tipo de convulsión en cada episodio, de modo que los síntomas serán similares entre uno y otro. A nivel médico, se clasifican a las convulsiones como focales o generalizadas, en función de cómo comienza la actividad cerebral anormal.
· Secuelas de las convulsiones:
Cuando las convulsiones son de largo plazo las consecuencias son muy variables entre las personas y estas se relacionan con la condición clínica de cada uno de los pacientes. Entre las más usuales encontramos:
ü Alteraciones de la memoria: En efecto, las lesiones en los lóbulos temporales cerebrales participan de manera activa, siendo las lesiones temporales izquierdas las que afectan la memoria verbal, mientras que las lesiones derechas afectan la memoria visual. Se ha demostrado la importancia de algunos medicamentos en este tipo de alteraciones.
ü Alteraciones del humor: El mecanismo que los produce no es muy evidente, pero a menudo aparece la ansiedad crónica, el desaliento y la inestabilidad del humor en numerosos pacientes. Los estados depresivos son bastante frecuentes. Está demostrado que los factores psicosociales provocados por esta enfermedad influyen negativamente. Los fármacos antiepilépticos también pueden ser responsables en parte de esta situación.
ü Alteraciones de la capacidad intelectual: Pueden existir alteraciones tanto si se evalúan mediante exámenes psicométricos como si se traducen en el rendimiento cotidiano de los pacientes. Evidentemente los mecanismos de esta disminución de la capacidad intelectual son múltiples y complejos. En la inmensa mayoría de los casos las alteraciones intelectuales pueden ser localizadas -debilidad o pseudodebilidad. La lentitud de los pacientes con epilepsia (lentitud de la expresión verbal y motora más que del pensamiento) puede ser habitual.
o Las alteraciones evolutivas de esta enfermedad pueden, en último caso, conducir mediante procesos diversos a un estado de aspecto demencial que afecta al 6-10% de los enfermos (En este último punto estamos hablando sólo de síndromes epilépticos muy graves).
· 5 consejos para actuar durante una crisis convulsiva
A continuación, una guía rápida de cómo actuar ante una crisis epiléptica:
1. No sujetar al paciente, solo retirar los objetos con los que se pueda golpear.
2. Colocarla de lado izquierdo siempre que se pueda.
3. No introducirle nunca nada en la boca, ni intentar administrar medicamentos.
4. No dejarlo solo hasta que recobre el conocimiento y se recupere.
5. Controlar el tiempo que dura la crisis, si es más de 15 minutos, llamar a urgencias.
La discriminación y la estigmatización social que rodean la epilepsia en algunos lugares son a menudo más difíciles de vencer que las propias convulsiones. Las personas con epilepsia pueden ser objeto de prejuicios. La estigmatización de la enfermedad puede hacer que los afectados no busquen tratamiento para evitar que se los relacione con la misma.
Las personas con epilepsia pueden ver reducido su acceso a oportunidades educativas o a los seguros de vida y de enfermedad, y tienen dificultades para obtener el permiso de conducir u ocupar determinados puestos de trabajo. En muchos países la legislación refleja siglos de desconocimiento sobre la epilepsia.
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