LAS 6 CLAVES BÁSICAS PARA FORTALECER LAS DEFENSAS DE ESTUDIANTES Y TRABAJADORES
Ahora que estudiantes
y trabajadores vuelven a clases y trabajo presencial de manera progresiva e
híbrida, es de vital importancia contar
con un sistema inmunológico fuerte para evitar contagios del COVID-19.
¿Cómo fortalecer las defensas del cuerpo en este contexto? Existen 6 claves básicas que son fáciles de aplicar
y que no requieren de grandes cambios ni altas inversiones. Solo se necesita
fuerza de voluntad para convertirlas en hábitos saludables.
“Las personas con un sistema inmune débil son
más propensas a enfermar por contraer virus o bacterias, ya que éste es el
organismo de defensa, encargado de proteger al cuerpo de agentes infecciosos o
contaminantes. Hay técnicas que ayudan a mantenerlo fuerte; no es suficiente
con llevar una alimentación nutritiva, también es necesario llevar un estilo de vida saludable
integral, considerando cuerpo, mente y espíritu. Es por ello que en este
regreso paulatino a las actividades escolares y laborales presenciales debemos
cultivar buenos hábitos que contribuyan a reforzar nuestras defensas”, explica
Andrea Vernaza, Gerente de Categoría de Salud y Bienestar de Medicity.
Sobre
las claves básicas para fortalecer el sistema inmune:
●
Actividad
física habitual: Mantener el cuerpo activo no solo ayuda a
tonificar los músculos, también aporta al sistema inmunológico y a la salud
general del cuerpo. Esto debido a que el ejercicio ayuda a acelerar la circulación
de los glóbulos blancos, que son las células del sistema inmunitario que
combaten a las enfermedades, es decir, si circulan más rápidamente, pueden
detectar enfermedades con más rapidez. De acuerdo a la Organización Mundial de
la Salud (OMS), es recomendable destinar al menos 1 hora diaria de ejercicio
físico para niños y jóvenes entre 5 y 17 años. Esto implica cualquier actividad
que haga al corazón bombear y a que los músculos se oxigenen.
●
Descanso
adecuado / sueño de calidad: Este punto también es
importante, ya que el sistema inmunitario se regenera y fortalece durante el
sueño. Lo más recomendable es descansar de 8 a 9 horas diarias en niños y de 8
a 7 horas en adultos.
●
Dieta
equilibrada: La alimentación es la primera fuente de
nutrientes, vitaminas y minerales, que complementan la salud del cuerpo. Es así
que es importante llevar una dieta equilibrada, ya que si existen excesos o
deficiencias en algunas proteínas, el sistema inmune puede verse afectado.
También es importante evitar el consumo de comidas chatarra, azúcares o sal en
exceso y brindar mayor prioridad a vegetales, frutas, legumbres y granos en
cantidades equilibradas.
●
Relajación:
El estrés excesivo vuelve al cuerpo más susceptible a agentes externos.
Es importante buscar espacios de relajación y ocio para evitar grandes cargas
de estrés en niños y jóvenes. Además, el mantenerse relajados aumenta los
anticuerpos.
●
Suplementos
vitamínicos: Según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad
Alimentaria) vitaminas y minerales como: el cobre, folato, hierro, selenio,
zinc y vitaminas A, B6, B12, C y D son esenciales en el correcto funcionamiento
del sistema inmune. Muchas de éstas se consumen en la dieta, sin embargo,
existen suplementos que favorecen su asimilación en el cuerpo, apoyando así al
sistema inmune.
●
Probióticos: Estos son
microorganismos vivos que ingresan y habitan en el aparato digestivo; ayudan a
la digestión y estimulan las defensas del sistema inmune (sistema de defensa
contra enfermedades). Es muy aconsejable
su uso en niños ya que éstos adquieren los probióticos al momento del
nacimiento y durante la lactancia. Sin embargo, por diferentes factores, el
niño puede perder ese equilibrio de la microbiota; ya sea por consumo de
antibióticos o por otras causas y es allí cuando el pediatra advierte esta
situación y recomienda el uso de suplementación de probióticos. Se recomiendan
los probióticos incluso desde la lactancia especialmente si es con biberón.
Sobre el rol de las vitaminas y minerales en el sistema inmune:
●
Vitamina
C: Aumenta la producción de proteínas llamadas
interferones, encargadas de “luchar“ contra virus. Es muy necesaria para la
formación de colágeno y apoya la creación de barreras naturales contra
infecciones.
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Vitamina
E: Además de
su poder antioxidante, es una excelente aliada para apoyar a personas con
dietas desequilibradas. Estimula el organismo de defensa para combatir virus y
bacterias.
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Vitamina
A: Es esencial para mantener las superficies de las
mucosas protectoras del cuerpo. Tiene un efecto directo en la formación de
glóbulos blancos, que actúan como agentes defensores ante patógenos.
●
Complejo
B/ Ácido Fólico: La carencia
de estos minerales limita la respuesta de los linfocitos (tipo de glóbulo
blanco que genera anticuerpos), generando una baja en agentes de defensa.
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Flavonoides: Su función es potenciar la acción de la Vitamina C.
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Hierro: Apoya la proliferación, multiplicación y
crecimiento celular, ayudando de esta manera a la respuesta inmune del cuerpo.
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Zinc:
Es necesario para el correcto funcionamiento de las células
inmunológicas. Su carencia produce grandes complicaciones a este sistema.
● Selenio: Apoya la
actividad bactericida, detección y combate a cuerpos tóxicos.
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