Las competencias blandas y su protagonismos en un mercado empresarial competitivo

El impacto del Covid-19 en el mercado laboral es una realidad. En las últimas semanas tanto los colaboradores como las organizaciones han tenido que adaptar rápidamente las dinámicas de trabajo previendo incluso nuevos desafíos. Según cifras oficiales, aproximadamente 235.194 personas están trabajando de manera remota en el Ecuador de manera emergente.
En estos momentos cabe reflexionar acerca del futuro, tanto personal como profesional y preparase para afrontar cambios que supondrán una milla extra en el “performance” individual y así lograr el máximo desempeño en el ámbito laboral.
Las empresas han puesto a prueba el alcance e impacto de su cultura organizacional, pues es precisamente en coyunturas retadoras cuando el ADN de las compañías se convierte en un motor de productividad e innovación, poniendo en evidencia la capacidad de adaptabilidad y resiliencia de cada uno de los colaboradores.
Según estudios de la Universidad de Harvard el 85 % del éxito en el trabajo proviene de tener destrezas blandas (…) y solo el 15% del éxito laboral proviene de habilidades y conocimientos técnicos (National Soft Skills Association, 2016).
Es así como estas habilidades toman un mayor protagonismo e importancia en la selección de talentos, es una apuesta directamente relacionada a la calidad de las interacciones humanas como la gestión de emociones, autonomía y el espíritu colaborativo. El mercado laboral tiende a buscar profesionales que además de estar capacitados en materia técnica, gocen de dichas destrezas.
Para ello  el entrenamiento y/o capacitación se vuelven imprescindibles para conectar con nuevos momentos, renovando la visión a largo plazo y  aplicando herramientas que ayudarán a cristalizar metas y objetivos.
Dominia, empresa de Consultoría Estratégica ha desarrollado POTENZIA una experiencia que invita a co-crear un plan de acción efectivo acercando al individuo a sus metas de manera autónoma, a partir del reconocimiento de su propio potencial y el desarrollo de sus habilidades blandas. Este espacio se fundamenta en 4 grandes pasos:
  1. Propósito y realización, que permite redefinir los movilizadores de cada persona para lograr una verdadera transformación.
  2. Gestión de relaciones, vincula la coherencia del lenguaje y la administración emocional en los distintos roles.
  3. Imagen personal y pública, conecta la imagen de cada persona con sus valores (los empresariales), sus comportamientos y forma de relacionarse.
  4. Estrategia personal, son tácticas y herramientas que permitirán a la persona diseñar un plan consistente que genere influencia en su círculo.
Para Diana Bohórquez, creadora de Potenzia “este espacio es una invitación a poder desafiar nuestros límites, a encontrar un lugar de realización que tenga sentido para nosotros y nuestro entorno. A reconocernos desde nuestros diferentes roles (personal, familiar, profesional, social) para poder gestionarlos de manera integral y lograr así nuestra propia trascendencia”.
Este proceso supera a la creación de una marca personal, pues incorpora técnicas y metodologías de varias ramas como coaching, PNL, Imagen, Marketing y Comunicación.

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