EL FONDO DE EMERGENCIA Y BIENESTAR FINANCIERO VITAL EN ÉPOCAS DE CRISIS
La crisis causada por el COVID 19 dejaría a alrededor de 508.000 personas en el desempleo según proyecciones del Gobierno lo que significará un alza de la tasa de no ocupación del 9 % al 10 % (diario El Universo). En diciembre de 2019 se registró 3 146 297 personas con empleo adecuado/pleno, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Por este motivo, Fundación CRISFE asegura que el fondo de emergencia es un recurso importante en situaciones de crisis. Este es un monto de ahorro destinado o colocado en una cuenta de ahorros u otro producto financiero, algunas personas lo guardan en alcancías dentro de casa (colchón bank). Es recomendable asignar el 10 % de los ingresos a este fondo, se puede empezar por un porcentaje menor, pero constante, en función de la frecuencia con que se generan ingresos.
Debe ser utilizado cuando suceda algo inesperado como una crisis de salud, económica u otros riesgos. El objetivo es que el impacto provocado sea mínimo y evitar la inestabilidad en el bienestar financiero personal o familiar.
Para crear este fondo es necesario realizar un presupuesto personal o familiar, identificar gastos indispensables fijos y/o variables, eliminar gastos innecesarios y destinar un porcentaje constante al ahorro o fondo de emergencia.
En la crisis que estamos atravesando éste presupuesto debe ser ajustado con un plan de supervivencia, es decir reducir los egresos y gastos al máximo, una buena estrategia es identificar productos sustitutos de menor costo.
Las ventajas de poseer un fondo de emergencia en una alcancía son: efectivo disponible en casa y no tiene costos de mantenimiento. Mientras que las desventajas son: alta probabilidad de usar ese dinero para otro fin que no sea el de una emergencia, además del riesgo de robo, deterioro, pérdida por incendio o inundaciones.
Por otro lado, las ventajas de contar con una cuenta de ahorro u otro producto financiero son: dinero seguro en la entidad financiera (verificar calificación de riesgos de la institución) y generación de interés (depende el producto y la entidad financiera). Sin embrago, se producen costos asociados al producto financiero (tarjeta de débito) y, en caso, de tener ahorro programado puede generar una penalidad si se retira antes de los plazos y condiciones establecidos.
Según la agencia de protección al consumidor financiero de Estados Unidos, el bienestar financiero es un estado en el que una persona puede satisfacer plenamente sus obligaciones financieras actuales y futuras, se siente seguro de su futuro financiero y toma decisiones que le permiten disfrutar de la vida. Esto depende de 4 componentes: control sobre las finanzas, capacidad para afrontar un choque financiero, libertad financiera para realizar actividades que le permitan disfrutar de la vida, estar en camino para alcanzar las metas financieras.
“En esta crisis sanitaria el compromiso de todos los integrantes de la familia es buscar estrategias en ahorro, reducción y eliminación de gastos”
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios, un abrazo.