Glaucoma, el ladrón silencioso de la visión: ¿cómo detectarla a tiempo?


El glaucoma es una de las enfermedades más severas en oftalmología, que causa daño progresivo del nervio óptico (encargado de transmitir la información visual desde la retina hasta el cerebro), ocasionado generalmente por el aumento de la presión intraocular, por falta de drenaje del humor acuoso, y puede desencadenar en una ceguera irreversible. De acuerdo con la Sociedad Ecuatoriana de Glaucoma, en el 2020 alrededor de 78 millones de personas presentaron glaucoma a nivel mundial, de las cuales 6 millones se encuentran en América Latina. Esta entidad señala además que el 90% de ciudadanos que tiene esta patología lo desconoce.

En la mayoría de los casos, esta enfermedad se presenta de manera asintomática en las primeras etapas; únicamente en fases más avanzadas, el paciente puede presentar acortamiento del campo visual. Para conocer más sobre esta patología y en el marco del Día Mundial del Glaucoma, que se celebra el 12 de marzo, la Dra. Ana Brutto, oftalmóloga especializada en Glaucoma de la Clínica Andes Visión, explica más detalles sobre esta grave condición considerada como la segunda causa de ceguera irreversible en todo el mundo.
Principales signos de alerta:
Con el fin de evitar la pérdida de la visión, la doctora de la Clínica Oftalmológica Andes Visión recomienda prestar atención a los siguientes síntomas que dan indicio de que la enfermedad puede haber empezado su curso:
● Dolor ocular muy intenso
● Fuertes dolores de cabeza
● Enrojecimiento de los ojos
● Disminución de la visión
● Disminución del campo visual periférico (de los lados)
● Visión borrosa de cerca o de lejos
● Visión deficiente y sensible por la luz natural o artificial
● Náuseas y vómitos
Factores de riesgo:
El principal factor se da por la presencia de presiones oculares elevadas. Esto provoca el daño del nervio óptico perdiendo sus fibras ganglionares y generando déficit del campo visual. Este es el único factor modificable. Además, la Dra. Brutto explica que existen otros factores que pueden predisponer al desarrollo de la patología:
Herencia y familiares en primer grado con glaucoma: El glaucoma de ángulo abierto y cerrado primario tiene un componente genético. Si tuvo un familiar con glaucoma, tiene 10 veces más riesgo de padecerlo.
Padecer enfermedades crónicas como hipertensión arterial, diabetes o cardiopatías.
Miopía o hipermetropía alta: La miopía es un factor de riesgo porque genera una alteración de la estructura de la malla trabecular que deriva en la reducción del flujo de salida del humor acuoso. A su vez, la hipermetropía genera más glaucoma de ángulo cerrado por tratarse de ojo pequeño.
Ser mayor de 60 años: Los adultos mayores van perdiendo la capacidad de drenar el humor acuoso (fluido interno del ojo) con el pasar de los años.
Tener córneas delgadas: Subestiman la medición de la presión intraocular por lo que un paciente con córnea delgada siempre tendrá una presión un poco más alta de la que se midió.
Traumas oculares: Son muy peligrosos ya que pueden causar un aumento sostenido de la presión intraocular y generar glaucoma a través de una condición llamada “Recesión Angular”.
Uso prolongado de corticoides, esteroides y vasoconstrictores: Estos agentes elevan la presión del ojo y pueden generar glaucoma ya que limitan la salida del humor acuoso (fluido interno del ojo) a través del ojo en la trabécula y cambian la composición química de este fluido alterando su salida.
Ascendencia afroamericana o hispana.
Exámenes de diagnóstico:
A pesar de que esta enfermedad no tiene cura puede prevenirse y tratarse si se actúa a tiempo y se detecta en sus fases iniciales. Lo principal es acudir de manera temprana a la consulta oftalmológica. Entre los exámenes especializados constan:
Valoración oftalmológica: La lámpara de hendidura permite valorar la estructura ocular anterior previo a la dilatación pupilar y determina el espacio anterior del ojo.
Presión intraocular: Refleja la cifra de tensión que mantiene el globo ocular. Es el principal factor modificable en el tratamiento del glaucoma.
Gonioscopia: Estudio con un lente especial que permite valorar el desagüe ocular con mayor aumento, evaluar las estructuras y determinar si existe alguna alteración en el mismo.
Paquimetría: Permite obtener las cifras de grosor corneal (estructura anterior transparente del ojo), y con ello conocer de manera más precisa la presión ocular que pueda tener el paciente.
Fondo de ojo: Se examinan las estructuras internas luego de aplicar gotas de dilatación. Esto permite una adecuada y amplia visualización del fondo de ojo.
Campo visual: Este estudio evidencia las alteraciones funcionales del nervio óptico de forma numérica, permitiendo hacer el diagnóstico, estadiaje y seguimiento de la enfermedad.
Tomografía de coherencia óptica: Se evalúa de forma estructural el nervio óptico.
Foto del nervio óptico: Permite tener una imagen del nervio óptico en un momento determinado y así poder comparar en las visitas sucesivas con la evaluación del fondo de ojo.
Principales tratamientos:
Los tratamientos son esenciales para controlar la enfermedad y no dejar que la pérdida de la visión aumente. La experta de la Clínica Andes Visión sugiere realizar un seguimiento al paciente para identificar progresión de la enfermedad y cambiar de tratamiento en caso de ser necesario. Entre los tratamientos más usados en la actualidad constan:
Uso de colirios: Deben ser usados de forma regular y a la hora exacta indicada por el oftalmólogo tratante. Se recomienda lavarse las manos previamente. No se debe permitir que la punta del gotero toque el ojo. En caso de que necesite aplicarse más de una gota por ojo, debe esperar al menos minutos para hacerlo. “Si olvidó aplicarse la medicación para glaucoma en el horario indicado, colóquela apenas recuerde y posteriormente continúe con el horario anteriormente indicado”, expresa Brutto.
Láser: Se aplica sobre diversas estructuras oculares, permitiendo permeabilizarlas y así aumentar la salida del humor acuoso (líquido interno de la parte anterior del ojo) del globo ocular.
Quirúrgicos: Aumentan la salida del humor acuoso del ojo. Esto permite el descenso de la presión ocular y mayor control de la enfermedad. Se usa cuando el tratamiento con gotas no es suficiente o no es tolerado por el paciente.
Además de seguir los tratamientos al pie de la letra, hay otros comportamientos que no deben ser realizados por pacientes con glaucoma:
● Evadir la consulta oftalmológica
● Dejar de usar el tratamiento indicado
● Cambiar la medicación sin la orden médica
● Subir sobre los 5000 metros sobre el nivel del mar
● Bucear, levantar pesas, acciones que requieran que el paciente puje
● Adoptar posiciones de yoga donde la cabeza permanece hacia abajo
● Fumar o ingerir licor
● Consumir bebidas oscuras como café, refrescos o té

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