GUÍA BÁSICA PARA ENTENDER LOS PROBLEMAS AUDITIVOS MÁS FRECUENTES
A diferencia de lo que muchos podrían pensar, la pérdida auditiva puede
presentarse a cualquier edad, desde el nacimiento hasta en la adultez mayor.
Según explica la Lcda. Yaicar Mora, Audioprotesista de la Clínica Andes Visión,
“Las causas varían, pero en general, los
problemas de audición en niños más pequeños suelen estar ligados a factores
genéticos, anomalías físicas en el oído o determinadas enfermedades; en
adolescentes, a menudo pueden ser producto de la exposición al ruido; y en el
caso de adultos y adultos mayores, se puede tratar de un deterioro auditivo
ocasionado por la edad.”
Para contribuir a un mejor entendimiento del tema, la experta de Andes
Visión comparte a continuación una guía básica para reconocer las señales que
alertan sobre la presencia de problemas auditivos, aquellos trastornos que son
más frecuentes en las personas, y sus posibles tratamientos.
Sobre las señales que alertan de
un posible problema auditivo
La mayoría de los casos de pérdida auditiva se desarrollan
de forma gradual, por lo que los síntomas suelen ser difíciles de reconocer.
Sin embargo, existen alertas a las que las personas deben estar atentas, pues
podrían evidenciar que sufren de un problema de audición. Entre las más
frecuentes, la representante de la Clínica Andes Visión detalla las siguientes:
● Dificultad para escuchar hablar a
otras personas, y en general, para escuchar todo tipo de sonidos
● Dificultad para comprender
palabras, en especial, cuando hay ruido de fondo o en una multitud
● Necesidad de pedir frecuentemente
a los demás que hablen más lento, con mayor claridad y/o más alto
● Necesidad de subir
considerablemente el volumen de la televisión o de la radio
● Abstenerse de participar en las
conversaciones
●
Retraerse y aislarse de su entorno social
y familiar
● Evitar algunos entornos sociales
Sobre los factores que ponen en
riesgo la audición
Algunos de los factores que pueden dañar el oído interno:
● Envejecimiento. Con el paso del tiempo, las estructuras
del oído se degeneran.
● Ruidos fuertes. La exposición a sonidos fuertes puede
dañar las células del oído interno. “El
daño puede aparecer con la exposición prolongada a sonidos fuertes o por un
estallido breve, como por ejemplo, un disparo de arma de fuego”, explica la
Lcda. Mora.
● Factor hereditario. Es importante considerar que la
composición genética tiene incidencia en que la persona sea más vulnerable al
daño en el oído por ruidos o al deterioro por envejecimiento.
● Ruidos laborales. Los empleos en los que los ruidos
fuertes son parte habitual del entorno laboral, (por ejemplo, las tareas
agrícolas, la construcción o el trabajo en una fábrica), pueden causar daño
dentro del oído.
● Deportes y/o actividades recreativas. La exposición a ruidos
explosivos, como las armas de fuego y las turbinas de un avión, pueden causar
pérdida inmediata y permanente de la audición. “Otras actividades recreativas con niveles de ruido peligrosamente
altos comprenden el uso de motos de nieve, de motocicletas, la carpintería o
escuchar música fuerte”, comenta.
● Algunos medicamentos. Los medicamentos, como el
antibiótico gentamicina, sildenafilo y algunos medicamentos de quimioterapia,
pueden dañar el oído interno.
● Algunas enfermedades. Las enfermedades que causan
fiebre alta, como la meningitis, pueden dañar la cóclea, un elemento del oído
que cumple una función sumamente importante, que es
transformar los sonidos en mensajes nerviosos y enviarlos al cerebro.
Sobre los problemas auditivos más
frecuentes
● Otosclerosis. Este es un trastorno hereditario que
afecta a los huesos del oído medio (martillo, yunque y estribo), pues una parte
del estribo crece anormalmente y perturba la mecánica normal de la audición en
respuesta a las ondas sonoras. Se presenta usualmente en personas de entre 10 y
30 años, y, dependiendo del grado, se puede corregir mediante una ayuda
auditiva (audífono), o una cirugía correctora.
● Sordera por ototóxicos. “Un ototóxico es un fármaco con potencial de causar reacciones tóxicas
a las estructuras del oído interno”, comenta la Lcda. Mora. Entre ellos están los fármacos utilizados en el
tratamiento de infecciones neonatales, el paludismo, la tuberculosis
farmacorresistente y el cáncer, que de acuerdo a lo señalado por la
especialista, pueden provocar una pérdida de audición permanente. Algunos
ejemplos de ototóxicos son los Aminoglicósidos, la Talidomida, Quinina, el
Cisplatino, Carboplatino o nitrógeno mostaza, e incluso, grandes cantidades de
Aspirina.
● Ménière. Esta es una enfermedad crónica que afecta al oído
interno, y que puede aparecer a cualquier edad, pero normalmente ocurre en
adultos de entre 40 y 60 años. “Solo en
el 20% de los casos, la pérdida auditiva es bilateral”, señala la
representante de Andes Visión, y agrega que, de presentarse, los pacientes
experimentarán una combinación de pérdida auditiva neurosensorial, mareo,
vértigo, ruidos (tinnitus) y/o sensación de presión en el oído, y sensibilidad
a ruidos fuertes.
● Trauma acústico. Se refiere a una lesión en el oído
interno que, generalmente, se produce por la exposición ocasional a un único
ruido fuerte. Uno de los primeros síntomas que sentirán quienes sufran de este
tipo de lesión es el cambio temporal del umbral auditivo, lo que se manifiesta
produciendo la sensación de tener tapados los oídos temporalmente, algo que
puede durar horas e incluso días. Cuando la exposición al ruido se prolonga, el
desplazamiento de umbrales se hace permanente y se establece una sordera
irreversible. “La pérdida de audición por
la exposición al ruido es acumulativa; es decir, mientras más se exponga uno al
ruido, mayor será el daño”, advierte la profesional de la salud.
● Presbiacusia. Es como se denomina a la pérdida
progresiva de la capacidad auditiva generada por la edad, y cuya causa es el
deterioro producido en el sistema auditivo. “Hay
otros factores que potencian su aparición, como traumatismos, infecciones
auditivas, hipertensión, diabetes u otro tipo de enfermedades; sin embargo,
puede tratarse de forma eficaz mediante audífonos y otros dispositivos de
comunicación”, indica la Audioprotesista de Andes Visión.
Sobre los posibles tratamientos
para los problemas auditivos
De acuerdo al estado y al nivel de pérdida auditiva del
paciente, el profesional de la audición recomendará la opción que sea la más
apropiada.
● Audífonos. Un aparato auditivo es un dispositivo electrónico pequeño
que se coloca dentro o detrás de la oreja para personas que presentan pérdida
de la audición, y que, a menudo, puede ayudar a mejorar su audición.
● Implante coclear. Se coloca en la cóclea a través de
una operación, y actúa como reemplazo de la función de la cóclea, enviando
señales eléctricas directamente al nervio auditivo.
● Vibradores óseos. Son dispositivos que funcionan
con una banda elástica o diadema que sostiene en la cabeza a un procesador, el
cual reemplaza la función del oído externo y medio para estimular directamente,
por transmisión ósea vibratoria, a la cóclea. Esta estimulación provoca que el
sonido pueda ser procesado en el cerebro y el paciente tenga la sensación de la
audición.
La Clínica Andes Visión ofrece a la ciudadanía su servicio
de Audiometría, para que, a través de especialistas y equipos de alta
tecnología, los pacientes puedan recibir un diagnóstico acertado, así como el
tratamiento que corresponda según la enfermedad de la que sufran.
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