4 pasos claves para la digitalización de las ciudades post pandemia
La pandemia producto del brote del Covid-19 nos
dejó una valiosa lección en torno a la importancia de considerar a la
digitalización de procesos como una prioridad absoluta para entidades públicas,
empresas privadas y cualquier organización cuya actividad esté ligada al
contacto directo y abierto con la ciudadanía. ¿Por qué? Principalmente porque,
en la nueva normalidad, aspectos como los controles de aforo, el distanciamiento
social, y la restricción de horarios, generan una necesidad para las personas
de tomar decisiones en base a cómo se abordan estos aspectos en los lugares a
los que asisten con regularidad.
En ese sentido, Adriana Custode, Jefa de Internacionalización de ufirst,
indica que la pandemia demostró cómo la tecnología puede mejorar la vida de las
personas y el confort en general, permitiéndoles acceder a un conjunto de
determinados productos y servicios de manera digital. “Hoy en día, convertirse en ciudad inteligente o smart city es un punto
clave en la proyección de muchos municipios, especialmente de las ciudades más
pobladas, y esto es posible con la aplicación de nuevas tecnologías digitales
que gestionen los servicios de las urbes, desde el transporte público y
privado, hasta el sector financiero y los servicios de salud.”
Para facilitar este proceso de
innovación, la representante de ufirst detalla a continuación 4 pasos claves
que las ciudades deben dar para lograr una verdadera transformación digital
post pandemia:
1. Optimizar la
conectividad
La conectividad es considerada como la
gran clave para convertirse en una smart city. “Para que una ciudad sea inteligente, lo
principal es que puedan enviarse señales de un punto a otro, y que exista intercambio
de información entre las tecnologías”,
explica Custode. Esto es importante porque permite sacarle provecho a las
nuevas tecnologías, recopilando y analizando datos a gran escala que generen
información valiosa para que las autoridades monitoreen y administren de mejor
manera la prestación de servicios.
2. Apostar
por la movilidad inteligente
La movilidad inteligente, también
conocida como “smart mobility” está transformando el desplazamiento de las
personas en las ciudades. “A través de la
creación de plataformas de gestión de tráfico se puede contribuir de forma
eficiente a la movilidad de la ciudadanía”, puntualiza la experta. “Por
ejemplo, los semáforos pueden incluir sensores que permitan evaluar y llevar el
control del tráfico de vehículos, disminuyendo el riesgo de congestionamiento,
y además, podrían instalarse sensores en las calles que identifiquen lugares de
estacionamiento vacíos.”
3. Invertir en edificios inteligentes
Los edificios
inteligentes ocupan un rol fundamental en la digitalización de las ciudades,
porque ofrecen beneficios como eficiencia y sostenibilidad. Por ello, la
planificación urbana de las ciudades debe contemplar infraestructura que cumpla
con varias características, entre las cuales destacan la eficiencia energética,
la facilidad de acceso, la seguridad y la comodidad para sus residentes. Para
la representante de ufirst, estos edificios contribuyen a la dinamización y
eficiencia de las urbes, y en los últimos años, se ha evidenciado una gran
evolución y proyección hacia esta tendencia futurista. “Para evidenciar las ventajas reales de una ciudad inteligente, se debe
desarrollar un lenguaje común entre todos los edificios y estructuras que la
componen, y así establecer una coordinación y un fortalecimiento de todos los procesos
y las rutinas diarias de sus habitantes.”
4. Reinventar el acceso a servicios
La tecnología disponible
hoy en día permite reinventar la forma en que los ciudadanos acceden a los
servicios que ofrecen las ciudades. “ufirst,
por ejemplo, es una plataforma que permite al usuario establecer su ubicación
real, y a partir de ello, visualizar todos los servicios disponibles a su
alrededor, desde bancos, hasta restaurantes, hospitales, instituciones
gubernamentales, entre otros”, señala la especialista. A esto se suma la
posibilidad de coordinar su atención en estas instalaciones, en la fecha y hora
en la que haya disponibilidad y que mejor se ajuste al ciudadano. Una
alternativa como esta coadyuva a la optimización de tiempos, mejora de la
experiencia de los usuarios, e incluso a incrementar la productividad de las
instituciones proveedoras de servicios.
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