La sencillez, tendencia de la comunicación corporativa en 2023
En años de incertidumbre como el actual, en un contexto de
contención de costes y optimización de recursos, la búsqueda de la simplicidad
es la apuesta más segura. Esta es una de las conclusiones que se extraen del
informe “Tendencias de la comunicación corporativa en 2023” que ha elaborado
LLYC tomando como base la visión de expertos de cuatro países (España, Brasil,
Colombia y México). Junto a la búsqueda de la simplicidad, de hacer más con
menos recursos, las otras claves que marcarán la comunicación corporativa en
los próximos meses serán el cómo hacer frente a retos como la polarización
política y a oportunidades como la digitalización de las relaciones públicas o
la necesidad de que la empresa encuentre su propósito.
El estudio concluye que las empresas deben centrar sus esfuerzos
en proyectos de comunicación que generen un verdadero impacto entre sus
públicos y que puedan traducirse en acciones sostenibles a largo plazo. La
mejor inversión de tiempo y recursos es comprender el momento externo e interno
de cada compañía, identificar las brechas que existen y destinar ahí los
mayores esfuerzos.
Para Thyago Mathias,
director general de LLYC Brasil, la mejor inversión de tiempo y recursos para
la comunicación corporativa en 2023 es entender el momento externo e interno de
cada empresa, con el fin de identificar las brechas entre ellos y asignar los
mayores esfuerzos. "Años críticos como el que tenemos por delante también
ofrecen buenas oportunidades para demostrar el valor estratégico de la
comunicación para el negocio y, así, conquistar el espacio estratégico que
también le corresponde en la toma de decisiones de la empresa", añade.
Estas son las 4 tendencias identificadas en el informe de LLYC
que Comunicación Corporativa en 2023:
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Del "lavado de imagen" al activismo
corporativo real y atemporal: Utilizar fechas conmemorativas o especiales para proyectar una
opinión o posicionarse sobre algunos de los desafíos a los que se enfrenta la
sociedad es algo habitual en las organizaciones. Este activismo, sin embargo,
no siempre es coherente con el propósito, los valores y la esencia de la
empresa, sino que, muchas veces, solo es fruto de su necesidad de posicionarse
y visibilizarse en las conversaciones globales. Y esto puede revelar
inconsistencias entre lo que la marca hace internamente y lo que defiende
públicamente.
En una encuesta realizada por la Asociación de Directores de
Comunicación de Panamá (Dircom Panamá), el 83% de los encuestados afirmó que
concebía las empresas como una poderosa plataforma desde la que hablar de
importantes desafíos sociales y contribuir a su solución. En la actualidad,
además, el consumidor ya no quiere sólo el producto o servicio, sino que buscan
el compromiso de las empresas con una serie de valores sociales,
medioambientales y políticos con los que se identifican.
●
El impacto de la polarización política en el
desarrollo empresarial: En los últimos años, la extrema polarización política ha
dificultado la gestión de las empresas que operan en sectores muy regulados o
que tienen gran visibilidad entre los consumidores más politizados. A
diferencia del activismo corporativo que se alinea con el propósito de las
empresas, el activismo político alimentado por la polarización exige un
posicionamiento que no siempre se alinea directamente con las acciones de las
empresas. Este posicionamiento corre el riesgo de convertirse en “populista”,
de constituirse para desagradar a un lado o al otro, independientemente de los
hechos.
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Relaciones públicas que son, cada vez más,
relaciones digitales: Aunque la pandemia parece lejana, algunos de sus efectos se
siguen sintiendo. Es el caso de la drástica reducción de las actividades
presenciales en las relaciones públicas. Así, los periodistas son cada vez más
reacios a asistir a ruedas de prensa o a reuniones individuales, y prefieren
conectarse digitalmente, incluso cuando el tema en cuestión es interesante y de
relevancia.
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Estrategias de comunicación más simples para un
mundo más complejo: Uno
de los mayores desafíos que se presentan para la comunicación empresarial en
2023 es cómo lograr un mayor impacto con menos recursos y actividades. Con un
25% de posibilidades de que el PIB mundial crezca menos del 2% en 2023 según el
Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que se percibirá como una recesión
global, y la continuidad en las políticas de recortes, especialmente en el
sector tecnológico, las empresas deben centrar sus esfuerzos en proyectos
auténticos que generen impacto en sus audiencias y que puedan traducirse en
acciones sostenibles a largo plazo.
Lea el estudio completo haciendo clic aquí.
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