Una prueba de hepatitis C puede evitar enfermedades graves a largo plazo

 


La hepatitis C es una infección del hígado causada por un virus y se propaga a través del contacto con la sangre de una persona infectada. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se reconoce a la hepatitis como un problema importante de salud pública. Conforme a sus estadísticas, cada año en Latinoamérica se producen 67.000 nuevas infecciones por el virus de este tipo de patología, y 84.000 muertes. Asimismo, sólo el 22% de las personas que padecen hepatitis C crónica llegan a diagnosticarse y solo 18% de ellas reciben tratamiento.

Para el doctor Omar Massoud, jefe de Hepatología de Cleveland Clinic, “las pruebas y los tratamientos tempranos para la hepatitis C podrían ayudar a 71 millones de personas en todo el mundo que viven con la enfermedad; previniendo problemas de salud a largo plazo, como enfermedades hepáticas y cáncer. De hecho, todo el mundo debería hacerse la prueba de Hepatitis C, la forma más común, pero también la más mortal de las hepatitis”.

Generalmente, los médicos usan un análisis de sangre llamado prueba de anticuerpos contra la hepatitis C para detectar la infección. En algunas personas, la infección desaparece por sí sola, mientras que en otros pacientes progresa y se desarrolla tejido cicatricial en el hígado, proceso denominado fibrosis.

Examen de prevención

Uno de los grandes desafíos de esta enfermedad, es que la mayoría de las personas no se dan cuenta de que tienen hepatitis C, debido a que, a menudo no se presentan los síntomas. Por ello, si los pacientes con este padecimiento no se someten a diferentes exámenes de prevención no podrán recibir un tratamiento adecuado, corriendo el riesgo de desarrollar una enfermedad hepática grave, cáncer de hígado, la necesidad de un trasplante o incluso la muerte.

En ocasiones esta enfermedad es causada por prácticas de inyección inseguras o atención médica precaria. Si bien los medicamentos antivirales pueden curar alrededor del 95% de las infecciones por este tipo de enfermedad, muchas personas que contraen este virus viven en países de ingresos bajos a medios que pueden enfrentar desafíos en el diagnóstico y tratamiento.

“El abordaje de la patología ha mejorado enormemente en los últimos cinco años. La buena noticia es que más del 90% de los casos de hepatitis C se curan en dos o tres meses. De hecho, los pacientes con hepatitis ya no necesitan inyecciones, solo necesitan tomar cápsulas simples, fáciles y seguras con pocos o ningún efecto secundario”, señaló el Dr. Massoud.

Actualmente, existen vacunas solo para la Hepatitis A y la Hepatitis B, las cuales pueden tratarse con medicamentos. Para evitar infectar a otras personas se recomienda: no compartir cepillos de dientes o rasuradoras con otras personas, usar protección durante las relaciones sexuales, no compartir agujas y evitar mantener actividad sexual durante la menstruación.

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