Cinco casos de uso estratégicos de la inteligencia artificial en América Latina
La sociedad humana e Inteligencia Artificial (IA) continúa
fortaleciéndose a toda velocidad. Si bien esta tecnología existe hace varias
décadas, en la actualidad cada vez son más las empresas que aprovechan la IA
para transformar sus operaciones, ser más eficientes y productivas. Una de las
claves para que este desarrollo siga evolucionando de manera positiva es que
las personas puedan confiar en los resultados y recomendaciones predictivas, a
través de sistemas de IA explicables y transparentes.
En este contexto de rápida expansión,
aparecen preguntas importantes sobre los impactos potenciales de esta poderosa
tecnología. Las personas quieren saber si la IA podría perjudicar sus
posibilidades de obtener un empleo o una hipoteca, si está impulsando la
proliferación de contenido ilegal y desinformación, si puede agravar las
desigualdades sistémicas, entre otros puntos relevantes. Enfocarse en temas
éticos tan críticos para el desarrollo de una tecnología no significa detener
la innovación, sino que debemos ocuparnos de que esa innovación sea responsable.
La IA no puede beneficiar solo a unos pocos.
En la actualidad, solo el 29% de las
organizaciones en América Latina/PAIS implementaron activamente la inteligencia
artificial en sus operaciones, de acuerdo con el IBM Global AI Adoption Index
2022.
El caso de uso más conocido es el de los asistentes
virtuales, creados para apoyar a los agentes humanos en la atención al
cliente, para disminuir los cuellos de botella y liberar tiempo para que los
profesionales se puedan enfocar en tareas de mayor valor. Al ser entrenados
para aplicaciones concretas dentro de la empresa, los asistentes virtuales
generan beneficios económicos y mejoran la experiencia de los clientes externos
e internos. De hecho, la contribución promedio a la satisfacción de los agentes
humanos atribuida a esta herramienta es del 20% y para los clientes externos
del 99%, según un estudio de IBM Institute for Business Value y Oxford
Economics.
Una nueva tendencia que está cobrando fuerza entre los
asistentes virtuales es el uso de “personas digitales”. Estos agentes
animados, autónomos e hiperrealistas comprenden lenguaje natural e interactúan con las personas, al mismo
tiempo que realizan gestos como sincronización de labios, miradas, músculos
faciales y movimientos de la cabeza, entre otros. De esta manera, las
interacciones se sientan más intuitivas y naturales, lo que resulta en
experiencias más positivas para los clientes.
Sin embargo, la IA puede ser empleada en muchas otras áreas.
Algunos casos de uso que ya implementamos con clientes de América Latina están
enfocados en:
·
Ciberseguridad: a medida que los ciberataques crecen en volumen y
complejidad, la IA está ayudando a los analistas de operaciones de seguridad a
adelantarse a las amenazas. Tecnologías como el aprendizaje automático y el
procesamiento del lenguaje natural facilitan el análisis de millones de fuentes
y ofrecen información de valor a los profesionales, quienes pueden eliminar el
ruido de las alertas diarias, evaluar recomendaciones y reducir drásticamente
los tiempos de respuesta.
·
Redes 5G: para crear valor alrededor de 5G, las compañías de
telecomunicaciones están pensando en la provisión de infraestructura para las
aplicaciones del futuro y en servicios de valor agregado cercanos a la
generación de datos, lo que optimiza la toma de decisiones en tiempo real, un
factor crítico para la continuidad de servicios clave como energía y alimentos,
por ejemplo. En este caso, la IA es clave para extraer el valor de los datos,
liberar más capital para el crecimiento de las redes, acelerar la innovación,
mejorar las experiencias de clientes y gestionar las operaciones de tecnología
garantizando la continuidad del negocio.
·
Sostenibilidad: mientras las empresas priorizan cada vez más las
iniciativas de sostenibilidad para crear operaciones más eficientes y
resilientes frente al cambio climático, están aplicando IA para moverse más
allá de la captura y reporte de datos para convertirlos en conocimiento, el
cual utilizan para tomar decisiones más inteligentes.
·
Automatización Inteligente: este tipo de implementación permite
habilitar mejoras en la forma en que los seres humanos y las máquinas
interactúan, en términos del análisis de datos, toma de decisiones y ejecución
de tareas. Según IDC, el
80% de las organizaciones estiman que tienen hasta 1.000 aplicaciones en su
portafolio, lo que lleva a una gestión tecnológica cada vez más complicada.
Para trabajar con IA, hace varios años IBM compartió sus principios
de confianza y transparencia para construir y fortalecer esta tecnología.
En primer lugar, se establece que el propósito de la IA es aumentar y no
reemplazar la experiencia, juicio y toma de decisiones de las personas.
Segundo, los datos y el conocimiento generados pertenecen a su creador, no a su
socio informático. Y, en tercer lugar, las nuevas tecnologías con tanto
potencial como la IA deben ser transparentes, explicables y libres de sesgos
dañinos e inapropiados.
El enfoque de la inteligencia
artificial de IBM está centrado en las personas e incluye los principios
éticos como el motor principal de su tecnología de
datos e IA regulada, mientras fomenta un ecosistema
abierto y diverso para garantizar que beneficie a todas las
personas. Ninguna empresa u organización debe esperar a que entre en vigor una
nueva ley o reglamentación para hacerlo bien. Lo que está en juego para la
sociedad es demasiado alto.
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