Se estima que en América Latina se presentarán más de 650 mil fracturas de cadera al año


 Cuando se tiene osteoporosis, se es propenso a fracturarse realizando actividades cotidianas, como subir escaleras, correr, levantar objetos o inclinarse hacia adelante. Esto se debe al desgaste del sistema óseo, debido a la pérdida gradual de su densidad durante el proceso natural de envejecimiento.

 

Datos de la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF) indican que alrededor del 40% de las fracturas osteoporóticas son desarrolladas por personas en edad productiva, y se estima que para el 2050 se presenten en América Latina más de 650 mil fracturas de cadera al año. En Ecuador una de cada tres mujeres mayores de 50 años padece de osteoporosis, según datos de la Sociedad Ecuatoriana de Reumatología del año 2018.

 

La Dr. Patricia Arteaga, médica reumatóloga menciona la importancia de tener chequeos médicos continuos debido a la alta tasa de incidencia de la osteoporosis donde ya se ha visto que es prevalente en jóvenes adultos. Por ello es parte de la campaña #DamasdeAcero iniciativa que busca concientizar los altos riesgos que se tiene si no es tratada a tiempo.

 

Así mismo explica que independientemente de la edad, cuando se tiene esta patología, hay más probabilidades de fracturarse, en especial los huesos de la muñeca, la cadera, la pelvis y la espalda. Sin embargo, las fracturas pueden ocurrir en cualquier hueso, provocando dolor, invalidez y pérdida de movilidad, menciona la especialista.

 

Esta patología es más prevalente en mujeres mayores de 50 años, especialmente en aquellas posmenopáusicas o con antecedentes familiares del mismo trastorno. Por ello, es importante realizar chequeos frecuentes a partir de los 35 años, pues la osteoporosis es una enfermedad silenciosa que afecta principalmente a las vértebras, lo que puede causar serios problemas en las mujeres y hombres.

 

Es así como, la fragilidad ósea tiene su relación directa con la osteoporosis, afectando la calidad de vida de las personas por esta patología, asociando las altas tasas de mortalidad y en muchas ocasiones convirtiéndose en una enfermedad que discapacita y afecta a millones de personas en el mundo.

 

Por lo que se recomienda una ingesta equilibrada en frutas y verduras, especialmente aquellos alimentos ricos en calcio y vitamina D. Esta dieta debe estar acompañada con la asistencia médica adecuada, la cual recomendará, en el caso de ser necesario, implementar complementos y vitaminas adicionales.

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