LA REVOLUCIÓN DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
La inteligencia artificial (IA) ha marcado,
sin lugar a dudas, el desarrollo de 2023, convirtiéndose en el mejor “activo
competitivo” de las organizaciones y se proyecta a alcanzar el 25% del PIB
global en las próximas dos décadas gracias a su capacidad de multiplicar la
capacidad operativa, de acuerdo con datos de Minsait, una compañía de Indra.
Las numerosas tecnologías que contribuyen a la
inteligencia artificial como la automatización, el procesamiento del lenguaje y
el análisis de datos productivos han permitido que a nivel general las empresas
optimicen sus procesos de fabricación y operación, así como su eficiencia
interna.
Este incremento en la productividad no solo se
ha generado a nivel de maquinaria. La
inteligencia artificial ha permitido, también, que los trabajadores mejoren su
eficiencia a nivel cualitativo y de valor, gracias al mayor flujo de
información, reciben una visión más focalizada de su trabajo y pueden tomar
mejores decisiones a nivel operativo.
Se estima que a nivel global, gran porcentaje de los
procesos diarios que ejecutamos los seres humanos se encuentran apoyados por
inteligencia artificial de acuerdo con datos de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL). Por ejemplo, en el campo de la medicina ha
demostrado ser muy útil en la investigación de enfermedades y la predicción de
brotes de virus; en la educación, ha influido a través de la personalización
del aprendizaje con la creación de asistentes virtuales para la enseñanza y el
desarrollo de plataformas educativas interactivas, o en el sector financiero,
donde gracias a la predicción de tendencias del mercado y la gestión de riesgos
hoy se alcanza mayor efectividad en la detección de fraudes.
Este contexto anticipa que la
inteligencia artificial protagonizará la siguiente gran ola de digitalización
de los negocios y la sociedad, y por ello es fundamental que las empresas y
organizaciones cuenten con un marco de trabajo que permita su correcta
adaptabilidad. En esta línea, empresas como Minsait ya han creado modelos que
permiten medir el impacto de la IA, facilitan su aplicación por parte de grandes
y pequeñas organizaciones, así como su escalabilidad con otros sistemas
anteriores y su desarrollo bajo criterios normativos y éticos.
De esta
manera, Minsait pone al servicio de las compañías que quieren explotar las
capacidades de la IA, un servicio de
acompañamiento único, permitiéndoles obtener mejores resultados con una
inversión bien direccionada y cumplir con los estándares éticos y normativos.
En un momento en el cual la inteligencia
artificial ha revolucionado el mundo y
se está revelando como una aceleradora de la competitividad empresarial,
las compañías deben apostar por explotar todas las posibilidades que ofrece,
pero también ser conscientes y responsables de cómo la utilizan, estableciendo
los mecanismos que les permitan escalarla internamente con otros sistemas y
evaluar y medir su impacto real.
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