Tecnología cardiovascular: vigilancia para la salud
La tecnología de los dispositivos portátiles
está cambiando cómo la salud está impactando en el cuidado cardiovascular y en
otros ámbitos.
Si tienes un reloj inteligente, es posible que
te cautiven sus funciones de seguimiento a la salud, como el pulsómetro o el
sensor de detección de caídas. Pero hay un nivel más profundo en la tecnología
sanitaria inteligente que está cambiando la dinámica: la compatibilidad entre
dispositivos. Es decir, la capacidad de sincronizar y enviar información de un
dispositivo, como del monitor cardíaco a tu reloj o teléfono inteligente.
Incluso la tecnología cardiovascular más reciente se está diseñando pensando en
la compatibilidad.
Esa compatibilidad puede ayudar a brindar más
confianza y libertad a la gente para seguir con su vida diaria, y dar a los
médicos y otros proveedores más datos en tiempo real para gestionar la atención
con eficacia.
¿Cómo funciona la tecnología cardiovascular?
La ciencia no deja de desarrollar nuevos
dispositivos como los electrocardiogramas (ECG) de los smartwatches, los
marcapasos, los desfibriladores y las bombas cardíacas mecánicas, para ayudar a
las personas con arritmias, ataques o insuficiencia cardíaca, así como a sus
médicos a tomar decisiones mejores y más informadas.
Por ejemplo, los monitores cardíacos
insertables (MCI) se colocan bajo la piel mediante un procedimiento mínimamente
invasivo para controlar el corazón en busca de signos de arritmia (ritmos
cardíacos irregulares). Los MCI actúan como un sistema de vigilancia
ininterrumpida del corazón. Incluso mientras duermes, un MCI comprueba
continuamente si hay ritmos cardíacos que puedan suponer un problema.
Estos dispositivos cardiovasculares pueden
transmitir los datos que recogen al teléfono inteligente para compartirlos con el
médico y controlar el corazón. Podrías estar de vacaciones en un lugar y tu
cardiólogo en otro, y él seguiría sabiendo cómo va tu corazón.
“A medida que la tecnología en salud se hace
más sofisticada, estos dispositivos generan más datos, lo que permite obtener
más información que el usuario y el médico podrán aplicar para mejorar la
salud. Con ese flujo de información, la persona puede confiar en que su estado
de salud está siendo monitorizado, y puede emparejar estos programas con otras
funciones de los relojes inteligentes - como los monitores de frecuencia
cardíaca y los rastreadores de sueño- para obtener una mejor imagen global del
estado de salud” dijo el Dr. Álvaro Rojas, Director
Médico de Abbott en Latinoamérica.
¿Cómo
mantener un corazón saludable?
A medida que la gente envejece, las
enfermedades del corazón son una preocupación importante. La actividad física y
la buena nutrición no solo son buenas medidas para mejorar la salud del
corazón. También pueden ayudarte a conocer indicadores importantes como la
frecuencia cardíaca, la presión arterial y el colesterol.
La condición física cardiovascular o la
resistencia son medidas de lo bien que el cuerpo absorbe el oxígeno y lo lleva
a los músculos y órganos cuando se hace ejercicio. Si te preguntas cómo tener
un corazón sano, algo en lo que deberías pensar es en cómo mejorar esta
resistencia. Un amplio (y creciente) conjunto de investigaciones demuestra que
mejorar la resistencia mejora la salud en general.
“La mejor manera de optimizar la salud del
corazón es mejorar la condición física y esto comienza con el ejercicio. Las
actividades que debes realizar dependen de tu estado físico inicial. Si eres
sedentario o tienes complicaciones de salud, consulta con un médico para
elaborar un plan que permita introducir poco a poco la actividad física en la
rutina diaria. A veces puede ser tan sencillo como estacionar el auto más lejos
del edificio, subir las escaleras más a menudo o sacar al perro a pasear una
vez más al día” indicó el Dr. Rojas.
Si estás en buena forma física, solo tienes que
moverte más. Empieza por elegir una actividad que te guste y hazla unos días a
la semana. La Asociación Americana del Corazón recomienda que los adultos
realicen al menos 150 minutos de actividad física a la semana. Eso se traduce
en 30 minutos al día si lo haces cinco días a la semana. Empieza con ejercicios
de intensidad moderada y bajo impacto, como caminar, montar en bicicleta, nadar
o hacer ejercicios aeróbicos en el agua.
Para un ejercicio más intenso, considera el
boxeo, las clases de fitness en grupo, correr o hacer senderismo. En casa,
puedes realizar un circuito con una cuerda para saltar, escaleras y otras
actividades que eleven el ritmo cardíaco. Sea cual sea tu punto de partida, ve
aumentando poco a poco cada semana o mes a medida que vayas aumentando tu
resistencia. Empezarás a cosechar los beneficios del ejercicio desde el primer
momento en que te pongas en movimiento.
En lo que respecta a la nutrición, hay muchas
tendencias de alimentación saludable hoy en día, pero una en particular ofrece
una variedad de posibles beneficios para la salud de tu corazón: una dieta
basada en plantas. Las plantas están cargadas de vitaminas, minerales,
fitonutrientes y fibra, y son bajas en calorías y grasas. Hay muchas opciones
de proteínas de origen vegetal que pueden ayudar a completar tus necesidades
nutricionales.
Adoptar una dieta basada en plantas puede reducir
el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y los factores de riesgo
asociados, según informa la Clínica Mayo. La mayoría de los alimentos de origen
vegetal, en su estado natural, son bajos en grasas saturadas. Además, muchos
alimentos vegetales son fuentes de grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas más
saludables.
La información proporcionada no está destinada
a un diagnóstico o tratamiento médico, ni a sustituir el asesoramiento médico
profesional. Consulte a un médico o profesional de la salud calificado para
obtener consejos médicos apropiados.
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