Prospectiva Venezuela 2023-2024: claves ante las elecciones presidenciales
Desde 2021, Venezuela ha
mostrado señales de recuperación tras ocho años de recesión, los cuales
llevaron a la economía al 25% de su tamaño entre 2013 y 2020. La caída de los
precios internacionales del petróleo en una economía hiperdependiente de sus
ingresos, la nacionalización del sector privado, la pérdida de capacidad
productiva, el control de cambios y precios y las sanciones internacionales por
casos de corrupción, causaron la devaluación del bolívar y la hiperinflación
que caracterizaron el período recesivo.
Sin embargo, la dolarización
de facto, el ajuste parcial al precio parcial de la gasolina, el cambio en los
controles de precios de alimentos y la estrategia de balance fiscal, que
demuestran el nuevo paradigma sobre el cual se sienta la economía venezolana,
ha traído crecimientos superiores al 6% por año desde 2021. Se espera que en
2023 crezca hasta un 5%, con dos procesos electorales en curso: las primarias
de la oposición en octubre de este año y las presidenciales generales del 2024.
LLYC, consultora global de
comunicación, marketing y asuntos públicos, publica su más reciente informe: ‘Prospectiva
Venezuela 2023-2024’, el cual analiza las dinámicas económicas y políticas
alrededor del país y los escenarios que se abren ante las posibilidades de
continuidad del gobierno de Nicolás Maduro o el cambio gobernante.
El informe fue elaborado por
el Venezuelan Desk de LLYC Colombia, un esfuerzo de la
consultora en desarrollar conocimiento integrado de economía, política, opinión
pública, comercio y regulación alrededor de la situación del país y las
oportunidades y riesgos que de ello resulten.
En el documento, la
consultora elabora sobre los efectos y contrastes que ha tenido el crecimiento
económico del país, la renovación de la posición geopolítica con la reanudación
de las relaciones bilaterales con Colombia y Brasil, así como la
flexibilización de las sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos.
Asimismo, examina los contrastes en un país caracterizado por la escasez de
información y propone oportunidades y riesgos por industrias para avanzar en el
desarrollo de negocios e inversiones.
LLYC observa dos grandes
escenarios:
·
El gobierno de Venezuela no cede ante las presiones
de los Estados Unidos para garantizar un proceso electoral acompañado y con
observación internacional. Este hecho, traerá como resultado la continuidad de
Nicolás Maduro en la presidencia por tercer período consecutivo, aislando al
país de la comunidad internacional y orientándolo a profundizar sus relaciones
con aliados históricos del chavismo, tales como China, Turquía e Irán;
presionando al mercado petrolero (del cual es altamente dependiente a economías),
a mantenerse en mercados irregulares, pero manteniendo estable el nuevo enfoque
macroeconómico que viene manejando desde los últimos años.
·
Nicolás Maduro cede ante las presiones de
observación electoral, lo que en misma medida inyecta capital de los fondos
retenidos para su campaña electoral vía alivios sociales y potencializa al
candidato opositor hacia la victoria para garantizar el cambio de gobierno, que
en últimas se da por la baja popularidad del mandatario actual. Esto reinserta
a Venezuela en el escenario internacional, pero genera incertidumbre en el
manejo del mercado por los cambios necesarios para su estabilización.
Más allá de las dos
posibilidades electorales y sus efectos, LLYC considera que existen dos
microescenarios que funcionarán de forma independiente:
·
El nuevo manejo macroeconómico permite profundizar y
volver más fluido el intercambio comercial entre Venezuela y sus socios
históricos (Países Bajos e India), afines (China, Turquía e Irán) y
estratégicos (Estados Unidos, Brasil y Colombia), sobre lo cual el sector
privado se puede beneficiar.
·
El precio del petróleo tendería a mantener la
tendencia hacia la baja que, aunado a la baja inversión en su infraestructura,
no permitiría a incrementar la producción diaria de forma significativa y
afectaría la diversificación de la matriz productiva, por lo que el país
seguiría creciendo de forma atenuada en relación con su potencial real.
“Los próximos 18 meses serán
clave, por lo que se vuelve necesario calibrar cuál es la participación,
independiente de su tamaño, del capital privado y qué objetivo cumple, con
entendimiento integrado del contexto político, económico e internacional que
rodee los comicios y el avance en las conversaciones democráticas” agregó María
Esteve, Socia y Directora General de la Región Andina de LLYC.
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