LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LAS TECNOLOGÍAS AVANZADAS SE SUMERGEN EN EL MAR PARA PRESERVAR LOS RECURSOS Y GENERAR CRECIMIENTO ECONÓMICO
La economía azul tiene como fin promover el
crecimiento económico, basado en la preservación de los ecosistemas marinos y
la sostenibilidad medioambiental. Es, por lo tanto, un pilar clave para generar
conciencia sobre la importancia de los océanos y sus recursos, pues cada año
mueve a nivel global entre USD $3 y 6 billones, según datos de las Naciones
Unidas.
Esto incluye el empleo y todos los servicios
relacionados con el océano y los mares, entre los que se encuentran el
transporte marítimo, la pesca, las energías renovables, la construcción de
puertos, el turismo costero y las infraestructuras costeras. En Ecuador por
ejemplo, la economía azul se encuentra compuesta principalmente por
exportaciones de camarón, pescado blanco y atún que representan alrededor del
16% de la canasta de exportaciones.
Pero además, la economía azul ha cobrado relevancia durante los últimos años
por la necesidad de encontrar soluciones sostenibles que puedan preservar los
recursos marinos de manera responsable y mantener niveles de producción
marítima eficientes. Con este objetivo, Minsait, una compañía de Indra, ha
presentado junto a la Fundación Europea para la Innovación y Aplicación de la
Tecnología (INTEC) el Informe Economía Azul y Blue Growth 2023, que recoge las
tecnologías más importantes para preservar el ámbito marítimo, así como las
últimas tendencias para incentivarla.
El documento muestra la importancia de aprovechar
el potencial económico de los océanos y sus recursos, promoviendo un enfoque
más equilibrado y responsable con el medio ambiente para garantizar su
conservación a largo plazo y evitar la sobreexplotación. Para ello, fomenta una
gestión consciente de la pesca, el turismo sostenible, la investigación
científica y la innovación tecnológica. Señala, que esto es posible gracias al
empuje y uso de las tecnologías avanzadas y la Inteligencia Artificial.
En esta línea, es importante recordar que
territorios como Ecuador ya emiten bonos azules como instrumentos financieros
para recaudar capital para proyectos destinados a conservar y restaurar el
océano y aprovechar el potencial de las industrias marinas sostenibles. Por
ello es fundamental que en un futuro inmediato se considere y prevea tendencias
como el desarrollo de tecnologías avanzadas marítimas, la economía circular en
el sector marino, energías renovables oceánicas, digitalización y Big Data en
la gestión marina o el desarrollo de turismo sostenible en áreas costeras.
Gran parte de estos avances a considerar en el país tienen como eje vertebrador la
Inteligencia Artificial, que permite el monitoreo y gestión de recursos marinos
a través de la recopilación y análisis datos, facilitando una mejor comprensión
y gestión de los recursos marinos, la optimización de operaciones acuícolas
para mejorar la eficiencia y el impacto ambiental, o el desarrollo de
tecnologías marinas inteligentes, como robots submarinos autónomos, sensores
avanzados y sistemas de comunicación.
Promover
la pesca sostenible y el turismo de calidad
Los océanos cubren más del 70% de la
superficie del planeta, con una gran diversidad de recursos naturales. Por eso,
una de las áreas clave de la Economía Azul es la pesca sostenible, donde es
necesario incentivar modelos de gestión responsable que aseguren la
conservación de las poblaciones de peces y su reproducción, gracias a medidas
como cuotas y tamaños mínimos de capturas o áreas protegidas para permitir la
recuperación de las especies en peligro.
El informe hace hincapié en que se deberá
apostar por la conservación de mares sanos y el uso sostenible de los recursos
marinos, creando alternativas a los combustibles fósiles y a la producción
tradicional de alimentos. Alcanzar los objetivos de neutralidad climática y
contaminación cero, particularmente mediante el desarrollo de energía marina
renovable, la descarbonización del transporte marítimo y la ecologización de
los puertos. Y para ello es necesario culminar la transición hacia una economía
circular y reducir la contaminación, así como preservar la biodiversidad e
invertir en la naturaleza: la Estrategia sobre la Biodiversidad establece el
objetivo de proteger el 30% de las áreas marinas de la UE con el fin de evitar
la pérdida de los ecosistemas marinos. Y uno de los objetivos que se muestra
prioritario en el informe es el de favorecer la adaptación al cambio climático
y la resiliencia de las costas: actividades de adaptación, como el desarrollo
de infraestructuras ecológicas en las zonas costeras y la protección de las
costas frente al riesgo de erosión e inundaciones, contribuirán a preservar la
biodiversidad y los paisajes, con los consecuentes beneficios para el turismo y
la economía.
Gracias a la implantación de medidas y
herramientas tecnológicas para la consecución de una pesca sostenible, como son
los algoritmos de aprendizaje automático que identifican patrones de pesca
ilegal o la automatización de diversos procesos marítimos con IA, la
recuperación de las poblaciones afectadas por la pesca excesiva podría
incrementar la producción en 16,5 millones de toneladas, lo que contribuiría a
una mayor seguridad alimentaria y al bienestar de las comunidades costeras.
Tal y como refleja el Informe Economía Azul y
Blue Growth 2023 de Minsait e INTEC, la Economía Azul supone el 1,5% del PIB de
la UE, abarcando también sectores como el turismo costero y marítimo. En este
sentido, los ecosistemas marinos saludables y bien conservados son atractivos
para los turistas, lo que también genera oportunidades para los destinos,
proporcionando empleo y crecimiento económico sin poner en peligro la
integridad de los ecosistemas.
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