Los bioestimulantes son un impulso para aumentar la producción en el agro
Aumentar la productividad y la competitividad de
los cultivos es un reto constante para el agro ecuatoriano. Eventos climáticos,
inundaciones, exceso de humedad, enfermedades y plagas, ya han producido
pérdidas importantes, como durante el primer trimestre de este 2023, donde intensas
lluvias causaron déficit económico que, según las cámaras productivas, podría
alcanzar los 200 millones de dólares.
La inminente llegada del Fenómeno de El Niño
ya estima que el sector agrícola generará una pérdida económica aproximada de USD
1.800 millones, según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, cifras que develan
cómo las condiciones climáticas pueden poner en riesgo la salud y productividad
de los cultivos.
Pero ¿Qué hacer ante estas adversidades? Una
de las alternativas para enfrentar estos desafíos es los bioestimulantes, La
bioestimulación es un conjunto de prácticas y técnicas utilizadas en la
agricultura para mejorar el crecimiento, desarrollo y rendimiento de las
plantas a través de la aplicación de sustancias. Estos productos estimulan
procesos metabólicos y fisiológicos en las plantas sin ser nutrientes o
pesticidas. Algunos ejemplos de bioestimulantes incluyen extractos de algas,
aminoácidos, ácidos húmicos y fúlvicos, microorganismos y otros compuestos
orgánicos.
Según Alexis Villacrés, gerente de Agronomía
de Yara Ecuador: “Los desafíos que enfrenta el agro en el país, no nos son
indiferentes. Este 8 de noviembre, hicimos el lanzamiento de dos
bioestimulantes, que permitirán que la planta tenga mayor resiliencia al estrés
abiótico, y concentre su energía en crecer, florecer y producir, lo que
contribuye a la seguridad alimentaria y la salud del planeta, y estará al
alcance de los agricultores ecuatorianos para mitigar los efectos e impactos
que puede tener el exceso de lluvias en los cultivos”.
La noción de bioestimulantes en la agricultura
ha existido durante décadas, pero su uso y comprensión ha evolucionado con el
tiempo. Para ser efectivos, estos deben tener una buena tecnología y
formulación y previamente, se debe realizar pruebas de eficacia en las
condiciones locales.
Los bioestimulantes tienen varios objetivos
clave:
·
Aumentar la tolerancia al estrés.
·
Mejorar la eficiencia en el uso de recursos, produciendo más alimentos
con la misma cantidad de recursos.
·
Mejorar la calidad de los cultivos, asegurando que lleguen en condiciones
óptimas a los consumidores.
·
No reemplazan la nutrición; en cambio, la complementan, mejoran la
absorción de nutrientes y mejoran la respuesta de las plantas a las condiciones
cambiantes del entorno.
En Ecuador, donde el banano, flores, cacao, maíz
y arroz son cultivos vitales, los bioestimulantes pueden desempeñar un papel
crucial en la adaptación de estos cultivos ante las amenazas a las que se
enfrenta el agro en el país.
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