Fortalecer los sistemas de salud: un reto para mejorar la atención médica en el Ecuador
Desde hace varios años, el Sistema de Salud
ecuatoriano enfrenta retos y desafíos en el manejo y administración eficiente
de sus recursos, que permitan una atención de calidad para los pacientes. Esta
realidad se intensificó aún más con la llegada de la pandemia, comprometiendo a
los sistemas de salud y ocasionando estragos en su capacidad de reacción. Las
entidades responsables han referido distintas acciones para mejorar su
operación, sin embargo, los esfuerzos no cubren completamente las necesidades
de los ecuatorianos.
Con el fin de evidenciar los esfuerzos que realizan las
entidades gubernamentales y privadas en promover mejoras y planes de acción en
beneficio de la salud, la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana AMCHAM
organizó el Webinar “El desafío de fortalecer los sistemas de salud”, donde la
doctora Karla Flores, Subsecretaria de Fortalecimiento para el Sistema Nacional
de Salud de la Vicepresidencia de la República del Ecuador y Héctor Pourtalé,
Líder Global del Movimiento Salud 2030; abordaron el tema desde sus distintas
líneas de acción.
María Pía Orihuela, Gerente General de Roche Ecuador
y presidenta del Comité de Salud de AMCHAM, dio apertura al evento y enfatizó
en que “tenemos el propósito de transformar el país a través de varias iniciativas
en beneficio de la salud de la sociedad y por ello, es fundamental establecer
mesas de trabajo entre todos los actores”
La doctora Karla Flores mencionó que en el Ecuador existe
un gasto en salud de aproximadamente 8 mil millones de dólares al año (8.1% PIB
- 2021), cuyo presupuesto proviene principalmente de los impuestos del sector
público y privado.
Es así que, el sistema nacional de salud en nuestro
país está distribuido en cuatro niveles de atención direccionados hacia la
comunidad, la familia y el individuo; que abarca la prevención, promoción,
curación, rehabilitación, cuidados paliativos y protección social de todas las
enfermedades.
Cada nivel depende de la complejidad en la
prestación sanitaria, es decir, la relación entre un usuario y un proveedor del
servicio de salud y comprende la atención de enfermedades de acuerdo al
siguiente detalle:
·
Primer
nivel: 70 -80% de enfermedades.
·
Segundo
nivel: 10 – 15% de enfermedades.
·
Tercer
nivel: 3 – 5% de enfermedades.
·
Cuarto
nivel: menos del 3% de enfermedades.
Para que este modelo sea eficiente, es necesario establecer
un sistema articulado, para pasar del modelo curativo a la prevención y
promoción de la salud y de esta manera, reducir la carga sanitaria que existe
actualmente en nuestro país.
“Para lograr un cambio verdadero, es fundamental la
participación de todos los actores, pero también debe existir un compromiso por
parte de los tomadores de decisión”,
agregó la doctora Karla Flores.
Por otro lado, entre el 2009 y el 2019 se ha
evidenciado un incremento en la incidencia de algunas enfermedades renales
crónicas, isquémicas del corazón y la diabetes; que son las que generan el
mayor gasto en salud en el país. Esto se debe a la capacidad de diagnóstico
principalmente, pero también al estilo de vida de la población que ha variado
con los años.
Además, en el país contamos con una cobertura
universal de salud efectiva del 64,5%, muy por debajo del promedio de la región
y, por tanto, el paciente debe asumir el 39% del total del gasto de una enfermedad,
afectando en su economía familiar y aumentando los índices de pobreza.
Todo esto conlleva a la acumulación de varios
problemas que enfrenta el sistema de salud actualmente, como la desarticulación
y fragmentación entre entidades; la inequidad en el acceso y financiamiento de
enfermedades; y la exclusión social debido a factores como la pobreza,
ruralidad y condiciones étnicas.
Por tanto, de acuerdo con la doctora Karla Flores,
es fundamental integrar los sectores de la sociedad, promover soluciones de
impacto positivo, incrementar el acceso a la salud integral y de calidad a
través de la transformación de los sistemas de salud y finalmente, darle
importancia a la innovación y el trabajo intersectorial para crear sistemas de
salud sostenibles y centramos en el paciente.
Por su parte, Héctor Pourtalé, Líder Global de
Movimiento Salud 2030, asegura que desde hace varios años se buscaba una
consolidación eficiente de los sistemas de salud, que fortalezca los mecanismos
de atención. Sin embargo, la pandemia por Covid-19 incrementó la capacidad de
atención intrahospitalaria, mostrando la necesidad de instaurar un sistema de
flexibilidad en la gestión nacional e internacional.
“Tras lo aprendido durante los dos últimos años,
evidenciamos que somos los artífices de nuestro futuro y, por tanto, debemos
buscar los habilitantes que nos permitan llegar a esa flexibilidad”, Agrega.
Para mejorar los sistemas de salud, Pourtalé
enfatiza en la necesidad de implementar aplicaciones digitales que se articulen
con el sistema gubernamental, para lograr el fortalecimiento de la atención
primaria y un mecanismo de atención y centralización.
“Evidentemente, el sistema de salud no se puede
reinventar de la noche a la mañana, las experiencias de buenas prácticas nos dejan
en evidencia los aprendizajes sobre cómo transformar con ideas disruptivas para
generar cambios exponenciales.”
Enfatiza.
Finalmente, si bien en América Latina, y
específicamente en nuestro país, tenemos grandes desafíos frente a la
eficiencia del sistema sanitario, para crear un sistema robusto, es necesario
comprender que los médicos no son los únicos encargados del cuidado de la
salud, sino que depende de cada persona decidir estar sana y mejorar sus
hábitos y estilos de vida, puesto que únicamente el 2% del tratamiento de la
salud, ocurre en los hospitales.
Por ello, los actores responsables de la salud deben
proveer herramientas e información a la población para establecer una
correlación entre el compromiso de los pacientes y los subsistemas que hacen
salud.
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