Daño genotóxico en aves podría explicar extinciones locales
El daño genotóxico implica
alteraciones negativas en el material genético de una célula. En el caso de las
aves es como si el manual que les indica
cómo crecer, cantar, volar o funcionar correctamente se desorganizara o
deteriorara. Estos cambios imprevistos influyen en la salud o el
comportamiento de las aves. Diversos
factores pueden provocar esto, por ejemplo, el estrés abiótico, fruto de
condiciones extremas de temperatura, sequías, alta salinidad, contaminación e
inclusive la radiación ultravioleta (UV).
En ecosistemas
como el bosque seco tropical, la combinación de actividades humanas y el cambio
global estarían intensificando estos daños. El reciente estudio publicado en la
revista GeoHealth revela que la presión
de las actividades humanas incrementa la probabilidad de que las aves
presenten daños a nivel celular, lo que podría estar causando extinciones locales de muchas especies.
Este estudio
analizó muestras de sangre de 50 especies de aves de la Región Tumbesina de
Ecuador, a lo largo de un gradiente de degradación.
En estos bosques
la degradación producida por la
ganadería y la tala selectiva genera cambios en la cantidad de árboles, lo
que a su vez incrementa la exposición al
sol y la desecación.
Los bosques denominados semi naturales
presentan alrededor de la mitad de densidad y riqueza de árboles en comparación
con los bosques naturales. En estos bosques se detectó que había 2,6 veces más células afectadas con lo
que se conoce como micronúcleos, que son formaciones que indican daño genético.
Por otro lado, en las llamadas zonas
dominadas por arbustos, el daño genotóxico aumenta a 4,11 veces la
presencia de micronúcleos. Estas zonas tienen una densidad de árboles entre
cuatro y cinco veces inferior al bosque natural con árboles aislados o
ausentes, lo que incrementa aún más la exposición al sol y la desecación.
El estudio
concluye que el proceso de degradación de estos bosques tropicales aumenta el
estrés de la comunidad de aves, generando daños genéticos. Las respuestas de
las aves parecen depender de cada especie, lo que podría explicar las
diferencias en los cambios en la composición de las aves reportadas en otros
estudios para estos ecosistemas.
Aunque se
necesita más investigación, estos hallazgos resaltan la importancia de conservar ecosistemas naturales para proteger la
biodiversidad, así como la importancia que tiene el biomonitoreo como
herramienta clave para entender, gestionar y conservar estos frágiles
ecosistemas.
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