La ciberseguridad en Ecuador: ¡Alerta roja! La vulnerabilidad del periodismo en el espacio digital
La
Guía de Ciberseguridad y Comunicación publicada en el año 2020 define a la
ciberseguridad como un conjunto de pautas, tecnologías y capacitación que brindan
protección a los datos e infraestructuras informáticas y de comunicación
digital.
Desde
el punto de vista del ejercicio periodístico se concibe como un elemento
esencial para preservar la libertad de prensa y garantizar la confianza en
la información que llega al público. Los periodistas deben estar alerta y
adaptarse constantemente a este entorno digital que permanece en constante
cambio.
Con
el despliegue de la conectividad, cada vez se registran más incidentes
digitales y los ciberataques se vuelven más creativos, por lo que este asunto
se convierte en una prioridad para usuarios, organizaciones y estados. Estos
últimos, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, son los encargados
de crear un “marco jurídico y reglamentario para proteger a la sociedad y
promover un entorno digital seguro” tarea que resulta “indispensable y debe ser
el primer paso de cualquier iniciativa nacional en materia de
ciberseguridad”.
En el
marco de este pronunciamiento, el informe de Naciones Unidas publicado en 2023
sobre el Índice de Ciberseguridad Global muestra que muchos países han
promulgado nuevas leyes y reglamentos de ciberseguridad para abordar aspectos
como la privacidad, el acceso no autorizado y la seguridad en línea. También se
pone en relieve la necesidad de establecer estrategias y mecanismos en materia
de capacitación y ayudas a gobiernos y empresas, entre ellas las mediáticas,
para que estén mejor preparados y reducir los riesgos cibernéticos, claro está,
sin comprometer la libertad de prensa y sin ejercer dominio, presión,
persecución o bloqueos propios de gobiernos dictatoriales.
Más
de la mitad de los países del mundo cuentan con equipos de intervención en caso
de incidentes informáticos, y casi dos tercios han adoptado algún tipo de
estrategia nacional de ciberseguridad.
En
Ecuador este tema ha sido de fundamental importancia, puesto que ha sido blanco
de ataques cibernéticos. El más representativo es el que se produjo en
el año 2019 tras el retiro del asilo político a Julian Assange. El país ascendió
del puesto 51 al 31 en la escala mundial de volumen de ataques cibernéticos,
información extraída del portal del Ministerio de Telecomunicaciones y de la
Sociedad de la Información. Otro evento de trascendencia, según detalla un
informe de Fundamedios publicado en 2021, el robo y retención de datos contra
el Consejo de la Comunicación. Como medida preventiva, la institución aisló los
equipos y paralizó las actividades para proteger “la información del registro
de medios públicos, publicaciones de insumos, procesos de registros a medios
públicos, etc.
Estos
y más detalles se señalan en las publicaciones realizadas por el grupo
de Investigación en Comunicación y Cultura Audiovisual GICA, entre los que
destaca el artículo: Ciberseguridad y Violencia Digital, percepción de
periodistas ecuatorianas del año 2023 escrito por Kruzkaya Ordóñez,
María Isabel Punín y Abel Suing, y del cual también se desprende un informe
publicado en ese mismo año por el Consejo de la Comunicación del Ecuador: Violence
Against Women Journalists in Digital and Physical Spaces. Ecuador Case Study.
Estos peligros digitales a escala nacional también pueden afectar a los periodistas, debido a la naturaleza del ejercicio periodístico, creando graves vulnerabilidades solapadas por las redes sociales, la movilidad de la información y la desinformación. Los periodistas son los primeros blancos al estar envueltos en procesos de poder, pero todos estos riesgos también pueden llegar a afectar al ciudadano común.
La
seguridad digital, uno de los retos para los periodistas
En
los estudios realizados por el Grupo GICA que pertenece al Departamento de
Comunicación de la UTPL, se ha determinado algunos aspectos claves: Ecuador en
el año 2023 realizó un trabajo de planificación para vincular, la
ciberseguridad en planes nacionales, en planes específicos y en políticas
públicas de defensa nacional. En este ejercicio estratégico de revisión
gubernamental se dejó de lado al sector mediático, por lo que quedó en manos de
medios y periodistas implementar políticas de seguridad digital alineadas a los
códigos deontológicos que cada medio posee para su operación.
Además,
se observó que este tema constituye un asunto pendiente que debe ser abordado
en la Ley Orgánica de Comunicación. La responsabilidad de la protección y
seguridad digital en el ámbito periodístico en Ecuador recae directamente en
los profesionales de la comunicación como en los colectivos relacionados con
este campo.
Lo
que existe es una normativa llamada Ley Orgánica Integral para Prevenir y
Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (LOIPEVCM) aprobada en 2018. En su
artículo 12, numeral 7, define el ámbito mediático y cibernético, como “el
contexto en el que la violencia es ejercida a través de los medios de
comunicación públicos, privados o comunitarios, sea por vía tradicional o por
cualquier tecnología de la información, incluyendo las redes sociales,
plataformas virtuales o cualquier otro”. Aunque Ecuador posee un cuerpo legal
específico en materia de violencia contra las mujeres, tampoco tiene una
normativa específica para sancionar la violencia digital (Consejo Nacional para
la Igualdad de Género, 2021).
Entre
las acciones y procedimientos que usan los periodistas para la protección
digital, la protección de datos y documentos delicados, según entrevistas
realizadas a 90 periodistas en Ecuador, la acción que ocupa la posición
número uno es la verificación de fuentes. Luego se detallan siete acciones más
que implementan.
Por
otro lado, como resultados importantes, los investigadores cruzaron la
información proporcionada por periodistas con la de expertos informáticos que
asisten a medios tradicionales y digitales y se detectó intrusiones maliciosas
en hardware y software que llevaron a tomar medidas para el manejo de la
situación y a futuro prevenir estos ataques.
En
definitiva, los periodistas admiten conocer sobre los diversos riesgos
digitales como ataques, extorsión y vulneración de datos. Y en algunos casos
expresan no estar preparados. Sin embargo, implementar medidas de protección
resalta la importancia asignada a la seguridad de datos para evitar que la
violencia digital se expanda a través de medios digitales, redes sociales y
otros mecanismos de contacto digital como correo electrónico y WhatsApp.
En estos espacios se ha identificado agresiones de diverso tipo: económica,
psicológica, sexual, simbólica, digital y física.
En
los casos específicos de mujeres periodistas la violencia digital reportó un
7,8 % y se relaciona con agresiones de tipo psicológico, afectaciones creadas debido
al acoso en línea o agresiones por el trabajo que realizan a través de las
opiniones que emiten. En dos casos las periodistas, como manera de protección, han
optado por el anonimato. Se reporta un caso de intento de hackeo relacionado
con la cobertura de temas políticos, de temas coyunturales o entrevistas a
personalidades de interés público. Los ataques recibidos se centran en la
denigración, afectando a la integridad o incluso la vida sexual de la persona,
lo que ha motivado a la denuncia para el proceso legal correspondiente.
Así
también la información levantada, según expresan Punín y Suing, tanto los
periodistas entrevistados en Ecuador como los expertos consultados indican que
la adopción de enfoques integrales y estratégicos es necesaria para garantizar
la seguridad y confidencialidad de la información en el ámbito periodístico. La
combinación de medidas técnicas, organizativas y humanas que abarcan desde la
educación sobre privacidad y el cumplimiento legal hasta la implementación de
tecnologías avanzadas como cifrado de datos y autenticación de dos factores
reflejaría un compromiso con la protección de datos sensibles.
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