Investigación sobre los manglares demuestra la importancia del cuidado de este ecosistema
Los
manglares se distribuyen en 123 países y abarcan una superficie de
aproximadamente 137 mil kilómetros cuadrados en las regiones tropicales y
subtropicales del planeta, según la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés). Están compuestos
por varias especies de árboles adaptados a ambientes salinos y son el hábitat
para diversas especies de aves, crustáceos, peces y mamíferos; además, poseen
una alta diversidad de briofitos y hongos, según una reciente investigación de
la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).
No solo
son hermosos bosques del litoral, sino también defensores naturales de las
costas. Actúan como escudos frente a la erosión y tormentas, almacenan más
carbono por hectárea que otro tipo de bosques, y sustentan a las comunidades
costeras al ser filtros naturales de agua gracias a la retención de sedimentos.
Sin embargo, están en peligro.
En
Ecuador, más de la mitad de los manglares han sido destruidos desde los años 60
debido a la actividad humana. Esto ha llevado a que, en el año 2000, el
Ministerio de Ambiente Agua y Transición Ecológica del Ecuador cree junto a las
comunidades de usuarios ancestrales del manglar los Acuerdos de Uso Sostenible
y Custodia del Manglar (AUSCEM), para que empiecen una lucha por proteger,
restaurar y custodiar estos ecosistemas. Actualmente, el litoral ecuatoriano
cuenta con más de 157 mil hectáreas de manglares a lo largo de sus costas.
A este
esfuerzo se suma la UTPL con un programa de Vinculación con la Sociedad. Por lo
menos, desde 2017, 10 proyectos se han implementado con el fin de fortalecer
las capacidades de los usuarios ancestrales para la conservación integral del
ecosistema manglar de la isla Bellavista, ubicada en el archipiélago de
Jambelí, en la provincia de El Oro, así lo menciona Lorena Riofrío Guamán,
docente de la carrera de Biología de la UTPL.
“Hemos
trabajado con los estudiantes de la carrera en diferentes aspectos, por
ejemplo, hemos analizado el uso sustentable de la concha y el cangrejo. Además,
hemos realizado campañas de reforestación y conservación del manglar y de
limpiezas de las playas; también, un estudio de los plásticos y micro plásticos
y su impacto en la vida marina, especialmente en los peces y tenemos también
talleres con la comunidad. En este ciclo, son 10 estudiantes los que están
involucrados en los proyectos y campañas actuales”, señala Riofrío.
Carlos
Naranjo, docente investigador de la Carrera de Biología de la UTPL, comenta que
estos ecosistemas son importantes y su conservación es prioritaria a nivel
mundial porque forman barreras naturales ante los movimientos de masa de aguas
oceánicas y funcionan como zonas de reserva de recursos pesqueros. Sin embargo,
son frágiles debido al desarrollo de la actividad humana.
“En estos
lugares hay una simbiosis con las conchas, cangrejos y mangle, donde dependen
los unos de los otros. Los mangles abastecen de recursos a los cangrejos que se
alimentan de las hojas; los cangrejos cavan galerías que oxigenan y mantienen
la estructura de gases dentro de sedimento y las conchas se encargan de filtrar
y procesar el agua que está cargada de microorganismos y minerales”, expresa
Naranjo.
El
catedrático universitario señala que las tasas de éxito en la reforestación de
los manglares son muy bajas. “Por cada cien plantas que se siembre, es probable
que sobreviva una porque depende de condiciones específicas como el movimiento
de la marea, la estructura del suelo, la interacción con otros organismos y de
la interacción con las personas que utilizan el manglar para obtener sus
recursos”.
Sin
embargo, la UTPL, desde el 2005, gracias a sus docentes y estudiantes, logró
reforestar más de 5 hectáreas que en la actualidad han incrementado las zonas
de concesión de la Asociación Isla Costa Rica, y, desde 2021, está trabajando
continuamente con dos comunidades para la reforestación de las zonas, donde a
pesar de las adversidades, han logrado un “pequeño” éxito, pero sobre todo han
conseguido la integración mancomunada de por lo menos las dos asociaciones.
Riofrío
agrega que en diciembre de 2024 se ejecutará una campaña con los niños de la
comunidad para concientizarlos, desde temprana edad, sobre los efectos del
cambio climático y las acciones positivas que se pueden realizar para
contrarrestarlo.
Por su
parte, Paolo Cruz, presidente de la Asociación Isla Costa Rica, comenta que
desde el año 1995, la comunidad se unió para cuidar los manglares y
posteriormente se aliaron con instituciones de educación superior como la
Universidad de Machala y la UTPL para recibir capacitaciones y desarrollar
habilidades referentes a la preservación de estos ecosistemas.
“En las
capacitaciones, hemos conocido la real importancia de los manglares, hemos
hecho conciencia sobre las buenas prácticas y hemos aprendido cómo proveernos
de los recursos sin afectar la vida útil de este ecosistema”, señala Cruz.
Los
manglares son los pulmones y escudos de las costas (ecuatorianas); por tal
motivo, la UTPL reafirma su compromiso con la protección y restauración de
estos ecosistemas para garantizar un futuro a las comunidades, por medio del
apoyo de las iniciativas locales.
En la UTPL
estamos comprometidos con la investigación y el conocimiento. ¡Sé parte de la
comunidad de estudiantes más grande del Ecuador!
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