EL ORDEÑO PROMUEVE MEJORES CONDICIONES DE VIDA PARA LOS PRODUCTORES DEL CAMPO
El Ordeño, empresa ecuatoriana comprometida con generar bienestar en toda su cadena de valor, presenta el proyecto “Campos de Cambio” con el cual pretende identificar las necesidades reales de los productores de leche y sus familias. Para ello, se les ayudará a crear conciencia de su situación y considerar mejores condiciones de vida, activando su potencial y empoderándolos para ser protagonistas de su propio cambio y el de sus comunidades. La iniciativa responde al propósito de la organización de impactar positivamente en la vida de las personas, con el afán de construir una sociedad justa, consciente y sostenible.
Este es un proyecto en el que se trabajará directamente con productores de leche de la zona de Cayambe, en los 23 centros de acopio con los que El Ordeño trabaja. Se iniciará en la zona de San Pablo Urco, en donde se tiene previsto llegar a 100 familias. Sin embargo, a largo plazo se busca cambiar la vida de alrededor de 1.000 familias; con la visión de que más adelante el proyecto se ejecute a nivel nacional.
El proceso inicia con la adaptación de 54 indicadores en función del contexto social y económico de las zonas de intervención. Luego, las familias realizan un autodiagnóstico con el acompañamiento de un mentor, quien posteriormente da seguimiento y les apoya para que alcancen sus objetivos y logren cambios que sean sostenibles a largo plazo. Para este acompañamiento, El Ordeño ha asignado a su equipo de bienestar social, quienes direccionan y ejecutan el proyecto en el campo.
Sandra Vivar, gestora de bienestar social de El Ordeño, afirma que “Campos de Cambio es un proyecto para trabajar desde adentro, dónde cada participante mide, reconoce y trabaja en lo que es importante para él y su familia. Desde El Ordeño implementamos una metodología específica para lograr este cambio”.
Una vez aplicada la metodología, la empresa obtiene información con un enfoque multidimensional que le permite identificar las distintas áreas a intervenir, para mejorar las condiciones de vida. Cada familia reconoce su situación actual, a través de los colores del semáforo. De esta forma, los indicadores en verde representan buenas condiciones de vida, mientras que los que están en amarillo o rojo muestran oportunidades de mejora, sobre los cuales se establece un plan de acción.
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