REALISMO FANTÁSTICO, UN GÉNERO CINEMATOGRÁFICO DE EXPORTACIÓN
¿Puede la vida de cualquier persona convertirse en una película? Todos hemos imaginado alguna vez que vivimos una película, que somos la doncella, el galán, la víctima, el héroe o el villano. Recordamos escenas de nuestras vidas y dejamos volar nuestra imaginación.
Gracias al Realismo Fantástico, esta idea no es descabellada, después de todo, cada vez más el cine está dentro de nuestras vidas. Así lo entiende Luis Felipe Fernández-Salvador, Presidente de Fundación Identidad Nacional y creador de este nuevo género cinematográfico, quien lo impulsó a través de la película ‘A Son Of Man’ (2019).
Fernández-Salvador distingue al Realismo Fantástico de otros géneros o subgéneros porque “Trabaja exclusivamente con personajes reales, con relaciones reales, en experiencias y lugares reales, al mismo tiempo que se acoge a la decisión estética y narrativa del cine clásico (ficción), amplificando la experiencia del público hacia una nueva percepción de la realidad”.
Con ‘A Son Of Man, la maldición del tesoro de Atahualpa’, el cineasta rescató la memoria de su padre, el hombre incansable que buscó el tesoro perdido del último emperador del Tahuantinsuyo. Fernández-Salvador organizó una nueva expedición para continuar la búsqueda e involucró en esta a su hijo, el heredero de una misión infructuosa, una aventura que, a la vez, es un pretexto para acercarse a la persona más importante de su existencia.
Al responder qué porcentaje del largometraje es ficción, Fernández-Salvador indica “Es difícil identificar qué tanto de la realidad hay en el cine de ficción y en el documental, pero si hablamos de las leyes gravitacionales de la realidad, el cine documental cumple con un porcentaje elevado de estas y el Cine de Realismo Fantástico cumple con las mismas y más. Si lo llevamos a números, encontramos que en ‘A Son Of Man’ el 10% es trabajo artístico y el 90% es realidad”.
Un elemento interesante de la película fue la narración bilingüe, ya que el narrador del filme, ´Pipe’, hijo de Fernández-Salvador, relata la historia en inglés, pero los diálogos son en español. Esto le dio espontaneidad al narrador porque contó la historia en el idioma que más domina (Pipe vive en Estados Unidos) y permitió que el relato sea un puente cultural y llegue a más segmentos.
La producción de una película de Realismo Fantástico nace en la observación del director, de encontrar personas unidas por historias comunes.
El Realismo Fantástico no recrea experiencias pasadas, se desarrolla en el presente, es una especie de “reality show cinematográfico”. Es un cine de vivencias, que explora los rincones emocionales de todos los sujetos y personajes que forman parte de la historia. Sin embargo, se nutre también del cine surrealista, del cinema verité (o antropológico) y los combina con técnicas del cine de ficción.
Para avanzar en la filmación, el Director Creativo elige cuidadosamente las intenciones creando “pretextos narrativos” (MacGuffin’s), que lo ayudarán a empujar el desarrollo narrativo.
Las películas de Realismo Fantástico no son autobiográficas, sus protagonistas viven emociones presentes, al punto que no se les obliga a correr riesgos que podrían presentarse con el avance de la historia, si corren esos riesgos es porque se sienten seducidos a ello.
“El director hace que los personajes se enfrenten a sus miedos, realidades y a los riesgos que deben o no tomar, pero la decisión final está en ellos. Deben ser personas que se entreguen a la película, de otra manera no se llevará a cabo”, explica el realizador.
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