ABC de la salud de los niños antes del regreso a clases
Con
el inicio del año escolar cada vez
más cercano en la región Costa, es fundamental efectuar de manera oportuna los chequeos médicos de
los estudiantes, a fin de garantizar su bienestar y contar con todo en
regla a tiempo. “Aunque los tipos de requerimientos médicos pueden variar
dependiendo del establecimiento educativo, existen ciertos exámenes básicos que
no deben pasarse por alto, ya que ayudan a detectar
patologías o factores de riesgo de manera pertinente, y a su vez a evitar dificultades de rendimiento
académico que podrían derivarse de alteraciones de la visión, audición,
nutrición y enfermedades congénitas”, explica la Dra. María Mercedes Ganán
Aillón, Directora de Inteligencia Clínica de Ecuasanitas.
En
este contexto, un control médico
completo previo al inicio de la etapa escolar debe incluir
la valoración de la visión, audición, del estado nutricional , valoración
dental , verificación del esquema de vacunación y un análisis general del organismo mediante
exámenes de sangre, heces y orina. La Organización Mundial de la Salud (OMS),
destaca que el bienestar integral infantil es clave para un buen rendimiento
académico y éxito educativo, ya que enfermedades no diagnosticadas pueden
afectar el desempleo e incluso aumentar el riesgo de abandono escolar. Además,
trastornos como el sobrepeso, la obesidad y los problemas del sueño afectan
directamente la concentración y el aprendizaje de los niños.
A
continuación, la especialista de Ecuasanitas detalla en qué consisten y la
importancia de estos y otros exámenes médicos necesarios previo al regreso a clases:
- Biometría hemática: El chequeo
esencial para la energía y concentración.
Este examen analiza la composición de la sangre y permite detectar
condiciones como anemia, infecciones y problemas de coagulación gracias al
conteo de glóbulos rojos, blancos y plaquetas.
Se puede detectar infecciones e incluso evaluar la competencia para la
curación de heridas, por otra parte un niño con anemia puede presentar fatiga
constante, irritabilidad y falta de concentración en clase. Asegurar niveles
adecuados de hemoglobina mejora su energía y capacidad de aprendizaje.
- Evaluación visual y auditiva: Claves
para el aprendizaje sin barreras
Más del 30% de los casos de bajo rendimiento escolar se relacionan
con problemas de visión no detectados. La revisión oftalmológica
permite identificar miopía, astigmatismo
o estrabismo, afecciones que pueden afectar la lectura y escritura. El
desarrollo visual se completa en la adolescencia, por lo que es crucial evaluar
en cada etapa.
Desde el nacimiento, se debe examinar la respuesta pupilar para
descartar enfermedades congénitas oculares; en edad preescolar y escolar, es
importante verificar la agudeza visual para detectar problemas de refracción.
Además, la exposición prolongada a pantallas puede causar fatiga visual,
dolores de cabeza y afectar la calidad del sueño debido a la reducción de
melatonina, la hormona del sueño. Un diagnóstico oportuno y un tratamiento
adecuado garantizan un mejor desempeño académico y una mejor calidad de vida.
La evaluación auditiva por otra parte, es fundamental para
prevenir dificultades en la comprensión , lo que impacta directamente en la
socialización y autoestima del niño. La audición forma parte del desarrollo del lenguaje y la
comunicación, por lo que debe ser evaluada desde el nacimiento. Detectar
problemas tempranamente permite iniciar tratamientos más eficaces,
especialmente en los primeros seis meses de vida. Factores como infecciones
respiratorias, enfermedades como meningococo, exposición a ruidos fuertes o
traumatismos en la cabeza pueden afectar la audición a lo largo del tiempo.
Se recomienda un control anual para detectar cualquier alteración
y garantizar un adecuado desarrollo académico y social. Las pruebas auditivas,
como la audiometría de tonos, son seguras y permiten identificar deficiencias
de manera temprana, facilitando intervenciones en su momento que mejoren la
calidad de vida del niño.
3.
Revisión
dental: Sonrisas sanas para un mejor desempeño escolar
El desarrollo dental comienza en la lactancia y es un proceso
natural pero que requiere cuidado para tener una adecuada salud oral a futuro. Las caries pueden
afectar la alineación de los dientes definitivos, la masticación y la
concentración en clase. La higiene bucal y las revisiones odontológicas
periódicas ayudan a prevenir infecciones y problemas dentales. Además, el
consumo excesivo de azúcar favorece la aparición de caries, lo que puede
afectar a la autoestima del niño y en algunos casos generar ausencias escolares
por las molestias que se generan. Un chequeo dental previo al inicio de clases
garantiza una buena salud oral y mejora el rendimiento académico.
4.
Evaluación
de peso, talla y postura: Evitando problemas musculoesqueléticos
Un adecuado control del crecimiento permite además detectar
alteraciones nutricionales como desnutrición, sobrepeso u obesidad, los cuales
pueden afectar el estado físico y emocional de los niños. Las medidas
antropométricas como peso y talla no solo evalúan el desarrollo infantil, sino
que también ayudan a identificar problemas posturales que pueden generar
desviaciones en la columna. Mantener una postura correcta desde la infancia
reduce la tensión muscular, alinea las articulaciones, evita lesiones y mejora
la concentración en clase. Además, un entorno ergonómico tanto en la escuela
como en casa favorece el bienestar y previene dolores musculares que podrían
afectar el aprendizaje y la calidad de vida.
5.
Evaluación
cardiológica: Un chequeo necesario para niños activos
Para los niños que realizan actividad física frecuente o practican
deportes, la revisión cardiológica permite detectar enfermedades congénitas o
factores de riesgo cardiovasculares. Aunque no es un examen de rutina, su
realización cuando existen síntomas o factores de riesgo ya identificados,
permite prevenir patologías y asegurar
que el niño participe sin riesgos en sus actividades escolares y deportivas.
6.
Control
del esquema de vacunación: Protección ante enfermedades prevenibles
Mantener un esquema de vacunación actualizado protege contra
enfermedades infecciosas como sarampión, varicela o influenza, reduciendo el
riesgo de contagio y ausencias prolongadas en la escuela. El esquema de
vacunación incluye dosis esenciales contra Difteria, Tétanos, Tosferina, Polio,
Sarampión, Rubéola, Parotiditis, Varicela e influenza estacional, que deben ser
administradas entre los 6 y 12 años. Las vacunas fortalecen el sistema
inmunológico y contribuyen a la erradicación de enfermedades, garantizando un
desarrollo saludable y sin interrupciones en el aprendizaje.
7.
Análisis
de orina y heces: Detectando infecciones antes de que afecten
Este examen permite identificar infecciones urinarias o
parasitosis correspondientemente, problemas que pueden causar dolor abdominal,
fatiga y pérdida de apetito. Detectarlas a tiempo evita interrupciones en la
rutina escolar y permite que los niños asistan a clases en óptimas condiciones.
8.
Evaluación
dermatológica: Piel protegida en climas cálidos y húmedos
En zonas de alta humedad y calor, las infecciones cutáneas y
alergias son frecuentes en niños. Un chequeo dermatológico ayuda a prevenir
afecciones como dermatitis o micosis, evitando molestias que puedan afectar su
bienestar en la escuela. Aunque no es un examen de rutina, debe realizarse
cuando se presenten síntomas, permitiendo un tratamiento oportuno para evitar
complicaciones.
9.
Exámenes
para detectar deficiencias nutricionales: La base de una alimentación
equilibrada
Un análisis nutricional permite identificar deficiencias de
vitaminas y minerales esenciales para el crecimiento. La detección temprana de
carencias o deficiencias de hierro, vitamina B12 o ácido fólico permite ajustar
la alimentación y prevenir el
aparecimiento de anemia la cual se puede manifestar con síntomas como piel
pálida, fatiga y mareos, por lo que una evaluación e intervención oportuna
garantiza un mejor rendimiento escolar y bienestar general.
La Dra. María Mercedes Ganán Aillón recalca la importancia de
realizar estos chequeos de manera periódica, ya que un diagnóstico temprano
permite tomar medidas a tiempo y evitar complicaciones que puedan afectar el desarrollo académico y
emocional de los niños. La prevención
desempeña un factor fundamental
para garantizar un inicio de año escolar saludable y sin contratiempos. Los hábitos de vida saludable adquiridos en la
infancia son la base para una vida adulta saludable, por lo que es importante
fomentar hábitos saludables y corregir los malos hábitos desde edades tempranas.
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