Ximena Jaramillo y su impulso por inspirar a la mujer a través de la ciencia

 


Lograr que existan más mujeres involucradas en la ciencia es el propósito del galardón otorgado a esta docente, puesto que se trata de un reconocimiento al rol de la mujer en la ciencia.

Durante 2024 la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) ha logrado importantes reconocimientos y premios que reflejan su compromiso con la calidad educativa, la investigación y la transferencia de conocimiento. Uno de los más recientes y que ha permitido el posicionamiento de la excelencia científica de nuestros docentes es el recibido por la docente investigadora Ximena Jaramillo Fierro, quien en noviembre alcanzó el premio “Para las Mujeres en la Ciencia”, otorgado por L’Oréal y Unesco.

¿En qué consiste este premio regional para las mujeres en la ciencia?

El Premio Regional L’Oréal-Unesco para Mujeres en la Ciencia en Centroamérica y la Región Andina 2024 es una iniciativa del grupo L’Oréal y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el cual reconoce el impacto de la investigación y la innovación desarrolladas con el liderazgo de mujeres científicas. En esta edición regional Ecuador participó por primera vez junto a países como Colombia, Panamá y Perú.

Para la inscripción se requiere cumplir con un mínimo de formación académica y presentar una serie documentos como cartas de recomendación, evidencias de participación en grupos y redes de investigación y los aportes científicos generados a través de publicaciones y proyectos. Además, es necesario incluir el currículo detallado que, en este caso, fue respaldado con títulos en Ingeniera Química y una maestría en Química Aplicada por la UTPL, así como el doctorado en Nanociencias, Materiales e Ingeniería Química por la Universitat Rovira i Virgili de España. Un aspecto clave del proceso es la presentación de un proyecto actual que refleje el compromiso con la investigación científica y su potencial impacto en la sociedad. Este premio no solo destaca la excelencia individual: también promueve la visibilidad y la inspiración para más mujeres en la ciencia.

¿Cuál fue el proyecto que usted presentó?

El proyecto que presenté se titula “Diseño y construcción de un prototipo de purificador de agua utilizando filtros cerámicos y tamices moleculares funcionalizados”. Esta iniciativa, que hemos estado desarrollando durante los últimos dos años, surgió de una convocatoria interna impulsada por el Vicerrectorado de Investigación y el Parque Científico y Tecnológico de nuestra institución, dentro de la categoría de Investigación e Innovación.

El proyecto está alineado con dos Objetivos de Desarrollo Sostenible: el ODS 6, que busca garantizar agua limpia y saneamiento para todos; y el ODS 12, que promueve la producción y el consumo responsables. Su propósito principal es crear un dispositivo purificador de agua que sea accesible, eficiente y de bajo costo, utilizando recursos minerales locales, como arcillas, y tamices moleculares, incluyendo zeolitas, antracitas y carbón activado derivado de residuos agroindustriales. Aunque algunos de estos materiales ya tienen aplicaciones comerciales, nuestro enfoque se centra en generar tratamientos fisicoquímicos para mejorar su capacidad de remoción de contaminantes.

De este modo, buscamos desarrollar un dispositivo más eficiente al tiempo que fomentamos la economía circular, aprovechando residuos y promoviendo soluciones sostenibles.

¿Cómo impulsa este premio a su proyecto?

Este premio, además de ser un reconocimiento significativo a la investigación, impulsa directamente nuestro proyecto a través de un aporte económico de USD 10 mil. Estos recursos están destinados a fortalecer las capacidades del equipo investigador y también la calidad y el alcance de la investigación. En este caso, el presupuesto asignado se empleará para financiar la segunda fase del prototipo con el objetivo de hacerlo más eficiente y adaptado a las necesidades de las comunidades que enfrentan problemas de acceso al agua potable. En este sentido, actualmente se está trabajando en un nuevo diseño y se ha incorporado más personas a la propuesta, entre ellos estudiantes, para incluir ideas frescas e innovadoras que enriquezcan el proyecto.

En la universidad se cuenta con importantes respaldos y apoyo a través del Vicerrectorado de Investigación y del Parque Científico y Tecnológico, pero también nos proyectamos hacia nuevas oportunidades, como el trabajo conjunto con ONGs. Estas colaboraciones son clave para facilitar la transferencia de conocimiento y tecnología a las comunidades que más lo necesiten. Tenemos claro nuestro objetivo: desde la academia debemos contribuir con la sociedad, ofreciendo soluciones concretas a problemas de alto impacto social y geográfico, como es el acceso limitado al agua potable.

¿Considera usted que su proyecto puede tener impacto a escala nacional e internacional?

Por supuesto. El impacto de este proyecto trasciende el ámbito local ya que está pensado para ser replicable en otras comunidades, tanto nacionales como internacionales. La clave radica en la transferencia del conocimiento y la tecnología del proyecto, permitiendo que su aplicación en una comunidad pueda extenderse a otras localidades e incluso países. Una de las razones fundamentales para participar en el galardón fue precisamente demostrar su capacidad de adaptación a diferentes contextos, ofreciendo soluciones sostenibles a largo plazo. Este proyecto no busca ser una solución puntual ni limitada a una región específica sino contribuir a resolver un problema global con un enfoque escalable y duradero.

¿Qué otros aspectos destacarían de esta propuesta?

Un aspecto destacable de esta propuesta es que la mayoría de las personas que participamos en el proyecto somos mujeres. Este factor refuerza la importancia de la diversidad en la ciencia y, a la vez, busca estimular, incentivar e inspirar a más mujeres a trabajar en soluciones que beneficien a las comunidades.

Este proyecto es el resultado del esfuerzo de muchas mujeres talentosas y comprometidas, capaces de lograr grandes avances y de aportar con soluciones innovadoras, sostenibles y efectivas para resolver problemas de gran impacto social. Además, es importante resaltar el impacto inspirador de esta iniciativa: cada vez más niñas, jóvenes y mujeres adultas se están involucrando en la ciencia, demostrando que tienen la capacidad de desempeñar múltiples roles simultáneamente, como ser estudiantes, madres, esposas y buenas profesionales. Este proyecto es un ejemplo vivo del valor y la contribución de las mujeres en la construcción de un futuro mejor, un impacto que merece ser reconocido y promovido.

¿Qué le motivo a usted a dedicarse a la investigación científica?

Desde temprana edad, siempre me apasionó resolver problemas. Me preguntaba constantemente: ¿qué se puede hacer?, ¿qué se necesita hacer?, ¿cómo puedo contribuir? Estas inquietudes despertaron en mí el deseo de encontrar soluciones, pero no cualquier solución, sino aquellas que sean válidas, sostenibles y respaldadas por un conocimiento sólido. Considero que la ciencia ofrece la base para lograr esa validez. Para hacer las cosas bien se necesita un conocimiento profundo, un diseño sólido y una planificación adecuada, elementos que aseguren que el esfuerzo realizado tendrá un impacto positivo y significativo.

Además, dos figuras fundamentales en mi vida fueron mis padres. Mi madre me enseñó con su ejemplo el valor del esfuerzo, la dedicación y la perseverancia, valores que me han acompañado en cada etapa de mi camino. Mi padre, quien trabajó como docente de Física en la UTPL, también dejó una huella imborrable. Desde que estaba en el colegio, me llevaba a los laboratorios de la universidad, despertando mi curiosidad y mi amor por la ciencia. Su ejemplo y guía, junto con la fortaleza de mi madre, fueron esenciales para que eligiera este camino que hoy me permite combinar mi pasión por aprender con mi compromiso de contribuir a resolver los grandes desafíos de la sociedad.

¿Qué considera usted que ha cambiado en la ciencia para las mujeres y qué falta por mejorar?

Considero que la ciencia, al igual que la educación, ha avanzado significativamente en dar mayor apertura a las mujeres. Hoy en día, el pensamiento y la opinión de las mujeres en el ámbito científico son cada vez más valorados, lo cual representa un paso importante hacia la igualdad. Sin embargo, aún queda mucho por mejorar. Es fundamental fomentar en niñas y adolescentes el interés por carreras STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas), creando más espacios de colaboración y participación científica desde edades tempranas.

Este tipo de galardones existen precisamente para incentivar e inspirar a más mujeres, demostrando que no es necesario renunciar a un rol para cumplir otro. Es posible conjugar diferentes responsabilidades y contribuir desde cada uno de ellos a dar soluciones a problemas sociales. Aún queda el reto de eliminar estereotipos, promover una representación equitativa y garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades de liderazgo en la ciencia. Estos son pasos necesarios para construir una comunidad científica verdaderamente inclusiva y diversa.

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