30.000 hectáreas de bosques amazónicos son conservados por emprendimientos indígenas de Sucumbíos y Orellana apoyados por WWF, CONFENIAE y USAID


 Desde el año 2020, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF- Ecuador) ha liderado el proyecto "Amazonía Indígena: Derechos y Recursos" (AIRR), una iniciativa fundamental que ayudó a fortalecer los derechos y recursos de las comunidades indígenas de la Amazonía ecuatoriana. Este esfuerzo ha sido posible gracias al trabajo articulado con la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE), NESsT, y el apoyo conjunto de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Su objetivo fue mejorar la participación de los pueblos indígenas en el desarrollo económico sostenible de la Amazonía, favoreciendo así la conservación de más de 30.000 hectáreas de bosques amazónicos. Esta iniciativa promovió la autonomía, la armonía con la naturaleza y el equilibrio cultural de las comunidades.

Este mes culmina el proyecto "Amazonía Indígena: Derechos y Recursos", una iniciativa que comenzó en 2020 y que ahora llega a su fin en los diferentes países participantes: Perú, Colombia, Brasil y Ecuador. En su evento de cierre, WWF, USAID y diversos representantes de organizaciones y emprendimientos indígenas - que actuaron como socios clave - destacaron los diversos logros alcanzados. Además, se sentaron las bases para futuros esfuerzos.

 “Para WWF es fundamental trabajar con diversos actores para promover una mayor conservación en la Amazonía ecuatoriana. Y la CONFENIAE ha sido un socio estratégico fundamental en todo este proceso, participando activamente en la toma de decisiones conjuntas y proporcionando una valiosa perspectiva que ha enriquecido nuestra visión conjunta del territorio y las condiciones de los emprendimientos indígenas” menciona Cristina García, coordinadora de AIRR en WWF Ecuador.

Como parte de su enfoque, el proyecto incluyó el desarrollo de capacidades en varias comunidades y emprendimientos a través de asistencia técnica especializada. Entre ello está la incorporación de protocolos para reducir riesgos sociales y ambientales en su gestión, entrega de bienes, fortalecimiento del área de economía y desarrollo comunitario de la CONFENIAE, y el desarrollo de una segunda edición del Programa de Paralegales liderado por la CONFENIAE. A esto se suman publicaciones y productos comunicacionales que promueven la defensa de los derechos de los pueblos indígenas como una forma de conservación.  “Hablar de economía indígena es nuevo para la organización, por eso este proyecto (AIRR) es una semilla que, para que siga brotando, debe ser constantemente alimentada por quienes estamos en territorios indígenas”, expresó María José Andrade, dirigente de la CONFENIAE.

En Ecuador, el proyecto AIRR se enfocó acciones que apoyen a seis emprendimientos indígenas amazónicos, que son parte de tres de las once nacionalidades indígenas amazónicas del Ecuador en las zonas de Orellana y Sucumbíos[1] (áreas intervenidas principalmente por actividades extractivistas). Estos emprendimientos se dedican a la artesanía y textiles como Arte Suku (cofán); turismo de naturaleza y gastronomía ancestral como Shuar Cultural Center (shuar), Challuwa Mikuna (kichwa), El Pilchi Mandi Wasi y Mandi Forest (kichwa), Ila Kucha(kichwa); y la producción de bebidas gasificadas a base de guayusa como Andi Wayusa (kichwa).

 

Hasta el primer trimestre de 2024, estos emprendimientos han experimentado un crecimiento del 180% en sus ventas, en comparación con el año 2020 (año base), apalancando más de $117,000 en fondos adicionales a partir de donaciones y préstamos. Además, 139 socios de estos emprendimientos fueron capacitados en administración, contabilidad, finanzas y marketing, fortaleciendo así su capacidad para gestionar y mejorar su oferta de productos y servicios. 

 “Gracias a los proyectos AIRR pudimos mejorar la calidad de nuestras artesanías. Antes no podíamos hablar frente al público, pero gracias a las capacitaciones, hemos fortalecido y ahora explicamos lo que producimos. Así como el suku - tucán en español - recolectamos las semillas de la selva y elaboramos artesanías que queremos que todos conozcan y sean internacionales”, destacó Magdalena Kenamá, socia de Arte Suku.

Para Tarsicio Granizo, director de WWF Ecuador, el cierre del proyecto marca un punto de partida para seguir adelante con iniciativas donde la voz y el liderazgo de los pueblos y nacionalidades indígenas sean fundamentales en el proceso de toma de decisiones sobre proyectos de conservación en la Amazonía. “Se han sentado las bases para un futuro más equitativo y sostenible para todas las comunidades involucradas”, destacó.

El cierre de este proyecto no solo marca el final de una etapa, sino que abre la puerta a nuevos horizontes que demuestra cómo los emprendimientos indígenas son un motor clave para la conservación y el desarrollo sostenible

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